Capítulo 32: Se prendió esta mierda.

16.4K 2.7K 2K
                                    

El líquido que antes estaba en la copa de la señora Black voló con rapidez hacia mí. Cubrí mi rostro con mis brazos, pero al parecer no fue necesario, pues que un cuerpo se interpuso en su camino, haciendo de escudo protector para mí.

Un par de gotas llegaron a salpicarme. Un olor que reconocí como sangre llegó hasta mí.

Una exclamación brotó de mis labios, mientras veía con atención al cuerpo rígido que se encontraba frente a mí. La tensión en sus hombros, las gotas que comenzaban a correr por todo su cuerpo, hasta llegar hasta el suelo.

Todos nos veían, expectantes de lo que pasaría. Era un poco incomodo tener a tantas personas observando, esperando un contraataque. Si me ponía a pensar que había cientos de ojos sobre mí, me derrumbaría.

La madre de Donovan abrió los labios, sin embargo, ni una palabra salió de ella. Parecía incluso más furiosa que antes, quizás porque su infantil ataque no salió como ella esperaba.

—¿Camille? —escuché a alguien preguntar a un lado.

Supuse que se trataba de su padre por su gran parecido. Era tan rubio como el sol, usaba un traje completamente blanco y parecía más un Ken que a un vampiro. Se veía increíblemente furioso, pero no se atrevió a intervenir.

Camille, en respuesta, sólo echó su cabello mojado a un lado, luciendo una mirada feroz que la hizo ver sexy y peligrosa. Las gotas de alcohol bajaban por su cuello, mojando su escote. Jamás la vi tan seria, tan desafiante.

Se veía peligrosa, con aquellas gotas de sangre recorriendo su cuerpo.

Antes parecía que le tenía miedo a la señora Black, pero ahora la veía como si fuera un insecto insignificante. Algo brilló en su mirada y por primera vez desde que la conocí, tuve miedo por lo que haría.

—Vaya, gracias señora Black —murmuró—. Necesitaba refrescarme.

Su tono sarcástico inundó el salón, llamando la atención incluso de aquellos que aún no habían notado todo lo que ocurría.

Camille sonrió, lamiéndose la sangre que le cayó en los labios. Incluso la madre de Donovan parecía sorprendida, mirando hacia los lados, como si no supiera que hacer.

Busqué a Donovan con la mirada, preguntándome qué demonios estaba haciendo que le tomaba tanto tiempo. Lo conseguí al otro lado del salón, conversando con alguien no podía distinguir bien. Al parecer, sintió mi mirada, pues al segundo ya se estaba acercando hacia donde estábamos, conocedor de que algo había ocurrido.

—Madre —saludó Donovan, luciendo inmutable—. Así que ya has creado toda una escena.

Tenía entre sus manos una copa de algo que parecía jugo de frutas. Estaba sedienta, así que estiré mi mano hacia él, solo para que se apartara disimuladamente, sin permitirme beber. Le di una mala mirada, que provocó que sonriera de lado.

Estúpido vampiro.

Incluso si tenía demasiado a lo que enfrentarse, estaba dispuesto a joderme la paciencia.

—¡Tú, pequeño ingrato! —exclamó entre dientes, enfadada—. ¿Cómo has permitido que una humana se proclame reina por todo el lugar?

Ah, que la señora Black aún tenía ganas de pelear. Era una señora demasiado problemática. ¿Acaso no notaba que todos nos veían? ¿O es que eso era exactamente lo que buscaba? Porque no lo entendía. Era vergonzoso ser el centro de atención, pero algunas personas solo eso buscaban.

Y ella parecía ser una de ellas.

Su propósito era crear una escena, noté. Pero ella no era la mente maestra detrás de esto. Mi instinto gritó que no bajara la guardia, pues esto era solo algo planificado para arruinar el banquete de Donovan.

Donovan Black (En edición)Where stories live. Discover now