Capítulo 26: Ese compa ya está muerto.

19.3K 3K 1.1K
                                    

—¿Qué? —exclamé, llena de incredulidad.

Por un segundo llegué a pensar que escuché mal, pero luego entendí que Donovan hablaba muy en serio.

No lo había notado antes, quizás porque siempre estaba demasiado metida en mis propios problemas, pero Donovan era increíblemente sobre protector. Debí suponer que algún as bajo la manga debía tener.

Lo subestimé.

Por supuesto que él ya tenía un plan. El hecho de que a mí me sorprendiera era lo verdaderamente absurdo.

—No existía manera en que te dejara ir ahí, sin protección. Aunque no tienes que molestarte, sólo tendré que ir un par de horas al día, tres días a la semana —confesó—. Soy el instructor de los rojitos.

Instructor de los rojitos mis nalgas, pensé con amargura. ¿Cómo era que había convencido a Elliot de que esto era una buena idea? Porque Donovan podía ser muchas cosas, pero no me lo imaginaba como profesor.

Debí imaginar que se saldría con la suya de alguna manera. Era tan obvio que no iba a librarme de Donovan con tanta facilidad. ¿Ahora tenía una especie de romance con un profesor? Eso podía sonar algo sexy, pero en la realidad eso podría significar muchos problemas.

Sin embargo, aunque quise decir algo, de mi boca no salió ningún sonido.

Sí, eso estaba completamente lejos de todos mis planes, pero no era como si Donovan lo estuviera haciendo por joderme.

Yo solo quería estudiar, graduarme y no sobresalir en absoluto. Y todo eso quedó como simples y estúpidos sueños, porque alguien como Donovan jamás pasaría desapercibido. Ni siquiera porque lo intentara.

El magnetismo a su alrededor era algo inexplicable. Incluso cuando me acosaba en mi antigua ciudad, todos los humanos volteaban a verlo, babeando a su alrededor.

¿Y cómo no hacerlo? Los humanos siempre nos veíamos atraídos por el peligro. Y Donovan sudaba peligro y malas intenciones.

Noté que mis hermanos ya se habían bajado del auto en algún punto en nuestra conversación, por lo que decidí seguirlos antes de que se metieran en algún proble,a.

—¡Vaya! —escuché la exclamación de Julia al ver el edificio al que nos acercábamos.

Mordí mis labios, más nerviosa que emocionada. La presencia de
Donovan en la academia era bastante tranquilizante, pero también podía ser un arma de doble filo. Él me protegería, claro. ¿Y qué pasaría con las personas que sintieran celos irracionales debido a eso? De ahí no podría protegerme.

Tendría que intentar no relacionarme con nadie. Quizás eso fuera mejor.

El edificio central era bastante grande, con inmensas ventanas en las que se veían algunos pocos estudiantes que pasaban por el lugar o que estaban en las aulas. El edificio era tan alto que conté al menos cinco pisos. ¿Qué tanta gente estudiaba en este lugar que necesitaban un lugar tan inmenso? El color azul sobresalía entre el blanco y los toques rojos, supuse que era una especie de referencia a que los brujos eran la mayor parte de los estudiantes.

A un lado había dos edificios, de igual tamaño. En serio... ¿Qué tanto espacio podía necesitar? ¿Era yo la que subestimaba la población del submundo? Parecía que sí.

Antes pensaba que los humanos éramos muchos más que los del submundo y que por eso mandábamos en el mundo, pero ahora que veía todo esto... Algo me decía que las personas del submundo simplemente no tenían interés en nosotros.

¿Nos dejaban creer que éramos la mayor población? Porque cuando piensas en algo llamado submundo, te imaginas algo chiquito, unas cuantas personas por ahí y por allá. No esta inmensidad que casi parecía un pueblo entero.

Donovan Black (En edición)Where stories live. Discover now