Capítulo 9: Tarde Con Los Abuelos

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Dos días después Harry aun se encontraba enfermo, los medicamentos muggles tardaban mucho en hacer efecto y como no podía tomar pociones parecía que los medicamentos tardaban una eternidad. Harry abrió los ojos para encontrase en los brazos de su padre, lo miró por unos segundos y luego comenzó a retorcerse y a gemir como hacia cada vez que se despertaba y se sentía terriblemente mal, Severus se levantó de su asiento y se acercó a la mesada donde tenía un antibiótico, agarro una cuchara y volvió para sentarse en el sillón nuevamente colocando a su hijo acostado en su regazo de frente a él, e intentó darle el medicamento a Harry que se negó a tomarlo. Severus lo intentó varias veces más y luego de varios minutos ya estaba perdiendo la paciencia

—Severus? — preguntó la cara de Mcgonagall por el Floo

— pasa madre— dijo Snape frunciendo el ceño a su hijo que lo miró mal

Minerva salió de las llamas verdes para encontrar a su hijo sentado con su nieto. Ella comenzó a reírse, Snape la miró mal

—vas a reírte o vas a ayudarme? — preguntó Snape con su habitual sarcasmo

— está bien esta bien—respondió tratando de controlar su risa

Minerva se dirigió hacia la mesa y transfiguro una cuchara en una jeringa que uso para medir el medicamento que debía darle a su nieto. Se acercó a Severus y a Harry que comenzó a desesperarse al no poder salir corriendo

—cálmate Harry—dijo Minerva suavemente mientras se acercaba a el

Harry no estaba feliz, no sólo se sentía terriblemente mal sino que no quería tomar lo que sea que querían darle, para que lo iba a tomar si no iba a hacer efecto enseguida como era el caso de las pociones? Se retorcio en el regazo de su padre pero no pudo evitar que su abuela introdujera el medicamento en su garganta y no tuvo más opción que tragarlo.

— muy bien Harry— felicito Minerva con una gran sonrisa, Harry la fulmino con la mirada y Snape se rio de esto, ya que se parecía mucho a él cuando fruncia el ceño

Severus coloco a su hijo sentado y el niño no hizo nada más que mirar hacia el fuego que antes había estado alli calentando la habitación, que ahora estaba un poco más fría de lo normal, Minerva observó a Harry que aún seguía con el ceño fruncido molesto por lo que acababa de hacerle, se acercó a él y encendió la chimenea que enseguida comenzó a calentar la habitación. Severus se levantó de su asiento y llevó a su hijo y madre hacia la nueva habitación de Harry que aún no le había presentado, esperando que se encontrara un poco mejor de salud.
Se paro frente a la puerta y Harry lo miró con curiosidad, abrió la puerta y entró dejando de que su hijo observará su nueva habitación.
Harry estaba sorprendido, todo esto iba a ser suyo? Miró hacia todos lados para captar cada detalle de la habitación, obviamente estar en los brazos de su padre que era bastante alto ayudaba con la panorámica.

— Severus, es muy lindo—dijo luego de unos minutos de observar la habitacion

— gracias madre—respondió con una semi sonrisa-tu que piensas Harry?

El bebé le dedico una gran sonrisa como hacia cada vez que quería darle un punto positivo o que le gustaba algo

—vas a dejar que duerma aquí? — preguntó con desconfianza

— si, porque? —respondió mirándola intensamente

—bueno, Harry aún es muy pequeño, sería bueno que estuviera en tu habitación aun— explico mirando la cuna negra— pueden pasar muchas cosas en la noche —

Severus rodó los ojos pero no dijo nada

Salieron de la habitación luego de que Minerva le dijera que había invitado a Albus a pasar la tarde aquí. Cuando llegaron al living encontraron a él director sentado con un nuevo peluche en su mano, Severus dio un gruñido bajo, ya tenía suficientes peluches como para poner su propia tienda. Albus levantó la vista justo cuando Harry estiraba sus brazos para que lo cargará y así lo hizo, sonriendo al niño

Hablaron un rato de cosas triviales mientras Albus y Minerva trataban de entretener al niño que empezaba a aburrirse sentado. Albus movió la lechuza blanca que era igual que Hedwig y esto hizo que el bebé se acordará de su búho, y que la extrañaba. Sus ojos se llenaron de lágrimas alertando a los adultos, Harry señaló al peluche y luego a si mismo

—si, es tuyo— dijo Albus de forma melosa, el bebé nego fervientemente con la cabeza cada vez más molesto

—creo-comenzó a decir Snape—que extraña a su familiar

Harry asintió en respuesta

— bueno, se acerca la hora de almorzar—dijo Albus — sería genial que te unieras a nosotros Severus. Tu también Harry —

Severus se nego a ir en un principio pero la insistencia de sus padres adoptivos surgió efecto y preparo a su hijo para almorzar en el Gran Comedor. Lo había vestido de verde Lima pero sus abuelos no estuvieron de acuerdo con esto e hicieron que harry fuera vestido de los colores de Gryffindor, Snape fue a protestar pero vio la cara de felicidad de su hijo y no pudo negarse.
Los tres se encaminaron hacia el Gran Comedor, los alumnos que se encontraban con ellos les lanzaban distintos tipos de miradas, Ravenclaw y Hufflepuff miraban a Harry con cariño ya que no odiaban tanto al profesor de pociones como sus compañeros leones, los Gryffindor le lanzaban a Snape miradas cargadas de odio y de lástima hacia su compañero Harry. Llegaron a las puertas y los tres entraron y el lugar quedó en un silencio supulcral, todos mirando hacia Snape que ahora cargaba a su hijo vestido de rojo, Harry escondió el rostro en el cuello de su padre por la vergüenza, y este frotó su espalda suavemente para tratar de calmarlo ya que también estaba asustado.
Luego del almuerzo donde los Gryffindor miraban a snape alimentar a Harry con miedo que en cualquier momento fuera a caer el bebé al suelo envenenado, Albus ,Minerva y Severus se dirigieron al patio para poder tomar aire fresco mientras conversaban tranquilamente.

— Severus quieres volver a dar clases o quieres que las siga dando Horace?— preguntó Albus haciendo rebotar a Harry en su rodilla, el bebé no pudo evitar reírse y luego sentirse tonto por esto mismo

—no puedo volver, debo cuidar a mi hijo—respondió Severus mirando hacia el bosque prohibido con desinterés

—oh muchacho no te preocupes—tranquilizó el anciano—puedo cuidar a Harry mientras estés dando clase —

—podemos—rectifico Minerva con una sonrisa— estoy segura que el personal no se negara a cuidar a este bebe tan lindo —

Harry se sonrojo

—está bien, volveré mañana entonces—respondió Snape— espero que sigan en el mismo nivel que en donde los deje —

—oh Claro que si mi niño—Snape le lanzó a su padre una mirada horrible, no le gustaba que le llamara así, no con treinta y tres años

Un chirrido sacó a los magos de su conversación, miraron hacia arriba para ver cómo una mancha blanca se acercaba hacia ellos a toda velocidad, cuando estuvo más cerca pudieron notar que era Hedwig que se poso en el suelo frente a su dueño y lo miraba con interés. Harry levantó una de sus manos para tocar a su amiga pero no pudo hacer mucho, esto lo noto el búho y se acercó a él para poder frotar su cabeza sobre la mano de su dueño ululando felizmente, realmente la lechuza lo había extrañado, hacia una semana y media que no lo veía. Harry sonreía felizmente, sus ojos brillaban como nunca, el también la había extrañado. Esta interacción la observaron los adultos con cariño, Snape miró a su hijo y luego a la lechuza, se notaba que había un lazo más alla de dueño-mascota

— Hedwig — llamó Snape— quieres quedarte en mis habitaciones? Podrás estar con Harry y salir también cuando quieras, hay una ventana en mi oficina que da hacia el exterior—

Hedwig ululo muy feliz y volo para posarse en el hombro de Snape, para su disgusto. Los tres magos y el bebé se dirigieron hacia dentro del castillo, Albus hacia su oficina, Minerva hacia su siguiente clase y Severus hacia sus habitaciónes mientras Harry jugaba con su amiga

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Hasta aquí por hoy.

Retorno a la Inocencia (Severitus) Harry Potter Where stories live. Discover now