Capítulo 4; ¿Engaño? Trato - VII

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Siento arder el cuerpo completamente ante sus palabras, pero ese tipo de fuego que no quema, las llamas que recorren lento la piel dejando tan solo un camino cálido brotando en mis pómulos bañándolos de color carmesí.

—Te pregunto sin afán de ofender, ¿Qué deseas a cambio de fingir conmigo en la reunión?

Mi boca queda seca ante su presión, ¿Qué deseo? Buena pregunta. ¿Pero qué desea él?, es una aún mejor.

—¿Quién es ella? Si me da una buena razón lo haré sin nada a cambio.

Ladea inconforme tensando su frente incomprensivo, es claro que el asunto no tomará esa dirección.

—Odio deberle favores a las personas, nada que les haga pensar en un vínculo y mucho menos amistad. Así que escoge un precio Jolie, todos tenemos uno.

—Pensaré el mío —Amenizo desentendida.

Esa maldita afirmación me trajo dando vueltas la cabeza esa noche, todo el domingo, y parte de la mañana del lunes, quién sabe qué tipo de mujer crea que soy. ¡Precio, me puse un precio!

Al fin puedo respirar más tranquila en una hora libre en la universidad. Caminé entre los alumnos hasta la cafetería buscando a mi grupo de amigos y finalmente los encontré sentados en una de las mesas del centro a mitad de una divertida charla. Por lo que en un extraño silencio me siento entre Daen y Abi.

—¡Jolie! —giro hacia Isabella a mi quizá décimo nombramiento.

—Perdón ¿Qué decían?

—Preguntamos cómo te fue en tu nuevo empleo —me interroga Abi. A lo que suplico complicidad pues Daen aún no sabe... Sabía nada.

—¿Nuevo empleo? —Cuestiona justo él bebiendo su rara malteada púrpura—. ¿Dónde?

—En la agencia Livingstone —casi susurro con culpa, como si se estuviera revelando el peor de los secretos que cambiará el destino de la humanidad y descansaba en mis torpes manos.

—¿Harás comerciales? Una vez ahí acuérdate de mí, esta cara nació para el cine —Menciona Abi de manera infantil, si, todos conocemos sus talentos y aficiones por el medio artístico—, pero si todo esto no pasaría desapercibido.

Bromea pues no hay algo fuera de lo común en mí, aún tengo esperanzas en mi pasada pubertad.

—Solo seré la asistente de Isaí —No estaré bajo ningún reflector, ni siquiera el de su mirada.

Perdóname Diosito.

A lo lejos entre las mesas veo sola a Miranda Livingstone, tan solo juega con una manzana sin llevarse un solo pedazo a la boca y lamentablemente creo conocer la razón, la noto mirar a los alrededores, pero sin hacer contacto con nadie.

—Ahora vengo.

Me levanto sin esperar respuesta alguna tomando dirección hasta su mesa donde me siento frente ella, eso le forma una sonrisa que reprime y finge apenas notarme, sí, como si no hubiese seguido mi trayectoria desde que me puse de pie.

—Hola Jolie, ¿cómo te fue ayer con mi hermano? Disculpa que me fuera así, pero odio discutir siempre por lo mismo con Merliah.

—Todo está bien —acomodo mi mochila en el respaldo y seguido mis pensamientos—, mejor dicho nada está bien. ¿Es tu madre?

—No, y no quiero hablar de ella —encoge de hombros aun jugando esa fruta.

—¿Por qué dejas que te trate así? Noto que eres una chica increíble Miranda, tienes notas envidiables, un corazón noble, aseguro que tienes muchos pretendientes y un hermano que te ama.

A segunda vista [L #1] - Último Otoño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora