A segunda vista [L #1] - Último Otoño

Capítulo 9; Pasado - VII

El jueves muy temprano emprendimos camino con David al volante, Isaí se dirige al trabajo y yo a la universidad. Esto es extraño, según recuerdo él entra a laborar dos horas después de mi entrada a la escuela, pero desde un par de días se va al mismo tiempo que yo...Ya ni hablar de despertar juntos.

Sí, en ese sentido.

El día está algo gris y frío, incluso algunos alumnos cruzan la calle presurosos hasta la entrada a la universidad, entre esos veo a Abi corriendo del lujoso coche de su padre al primer escalón. Muy probablemente lloverá más fuerte, lo que a decir verdad me parece divertido.

Is pasa su mano por mi antebrazo robando mi atención de la ventanilla con esa caricia antes de que sea mi turno de bajar.

—¿No has traído con que cubrirte? Estoy seguro que la temperatura bajará más tarde.

—Lo olvidé, pero no es tan necesario, el clima es agradable —En silencio se despoja de su abrigo y me lo cede—, no es necesario Isaí, ahora...

—Descuida, estaremos mejor así. No me quedaré con ese pendiente.

Sonríe y mis parásitos intestinales se sacuden, no me fío de que sean mariposas.

Frente a la entrada David baja a abrirme.

—Tenga buen día, señorita Hasson.

—Igualmente David —bajo con cuidado y tan rápido como puedo—. Nos encontramos por la tarde señor Livingstone.

En medio de una sonrisa me coloco el abrigo recibiendo su delicioso aroma antes de entrar y dirigirme al primer salón de clases.

Tomé las dos primeras clases, para después encontrarme con Daen y las chicas en deportes, es nuestra actividad extra en común.

Mientras hacemos abdominales les escucho comentar sus planes para ir al cine este fin de semana. Las sirenas malditas, es lo que todo el colegio repite por los pasillos.

Una película el sábado, nada mal. Nada mal si no trabajas de lunes a domingo y, aunque no lo hiciera no hay forma terrenal en la que quiera pasar un día sin molestar a Isaí.

—¿Saben que trabajo, verdad? —hago una abdominal más recordándoles mi poco tiempo disponible.

—Pero no puede ser que ese idiota no te de libre ni siquiera los domingos.

Responde Daen haciendo abdominales como si no le costará mientras yo muero en la número diez.

—Hablaré con él —explico para tranquilizarlo, aunque más bien pienso en invitarlo—. No creo que debas llamarlo de esa manera.

—Le diré como me de mi gana, no me cae bien y mucho menos su actuar contigo —me recuerda levantándose.

—Si ya lo habías dicho.

—Por si lo olvidaste.

Me detengo un segundo a beber agua e ignorar sus muecas.

—¿Huele a celos Daencito? —Murmura Abi siendo la bina de Isabella. Bina es un decir, ella jamás hace deportes, su papá es médico y le hizo un raro justificante que la exenta de actividades deportivas, pero le gusta venir a ayudar a Isa, ya sea a sujetar sus pies, ser un terrible árbitro o ser la capitana del club de fans imaginario de Daen mientras ejercita—. Descuida cariñito, Jolie no siente nada por él.

—No tengo celos, es obvio a quién elegiría Jolie, ¿no es así, Jo? Tu amigo de años contra el tipo con el que chocaste bajo las escaleras hace un par de semanas.

Casi me atraganto con el agua y los tres me miraron asombrados en lugar de asegurarse de que estoy bien.

—Deberíamos ir a cambiarnos para Álgebra lineal.