A segunda vista [L #1] - Último Otoño

Capítulo 30

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Jolie'

Los ojos azules de Abi miran con detenimiento cada movimiento que hacen los traviesos labios de Alessandro al hablar, al sonreír y muy frecuentemente al reírse de las ideas que lanza sobre la fiesta del sábado.

También me emociona, me gusta ver a Is feliz e intentando recordar cosas buenas de esta fecha. Por ejemplo; llamó a un par de amigos, así como algunos familiares para que asistan, y sé que llamará a la casa de su madre. Al número que dejó hace años el cuál Mara aún guarda y tanto le insiste llamar en estás fechas.

Además mi  regalo está listo, un pequeño osito azul con un cartel escrito en braille, "Nuestro primer cumpleaños juntos, papi". Ya quiero ver su cara al leerlo. No fue fácil ocultarlo con tanta cercanía últimamente.

— Los disfraces le darían una temática refrescante—comenta Aless sirviéndose de ese raro menú Tailandés que pidieron a domicilio.

— No sé si podré asistir, pero es una buena idea—inquiere Abi—. Me vería genial con un antifaz.

Le sonrió, ¿Con que no se vería bien esa mujer?

—Me voy a disfrazar del amor de tu vida—me dice Isaí burlesco sin parar de jugar mi cabello.

— Deberías ajustar más tu disfraz, se te está cayendo mucho últimamente.

Aless y Abi me miran con soslayo, pero los atrapo abrumada.

— Creí que ya me habías perdonado—murmura Is—. No puede ser que riñamos más de lo que nos acariciamos.

Me acerco y tomo suavemente sus labios con los míos, hasta perder la docilidad frente a esos ojos transparentes que sin dirección me pierden.

— Ya lo hice, aunque te perdoné aún desconfío. No lo hago a propósito.

— Lo siento bebé—besa mi mano dejándola sobre su mejilla—. Te aseguro que soy el mismo hombre que daría todo por ti, lamentablemente humano y lleno de inseguridades que me hacen cometer acciones erróneas.

Abi me mira sin entender, jamás le conté lo que Isaí le dijo a su padre acerca del anillo ni mucho menos lo que ocurrió en el club.

El celular de está suena y lo contesta sorbiendo rápido un fideo largo para poder hablar.

«Estoy en casa de Isaí Livingstone, perdón… si, aquí estamos las dos… ¿A mí?—silencia la llamada y se vuelve a nosotros—. Daen quiere verme, vendrá a recogerme.

— Dile que es bienvenido, Abi—le ofrece Isaí.

Quedo perpleja al escucharlo, aunque me hace feliz, quisiera que ellos de algún modo se llevarán bien, son muy importantes en mi vida y naturalmente debemos convivir.

«Te esperamos aquí mi Adonis—le dice ella con picardía.

Pasan los minutos y el sonido del timbre se hace presente anunciando su llegada.

Ambas nos levantamos para ir a abrir, a lo que ella ensancha una sonrisa malévola al ver a Weller.

— Tan novia y sin guapo—le guiña Abi al abrirle.

Enrosca su brazo con el de él y así lo lleva hasta el comedor.

Aless no puede disimular su mala cara al ver la reacción coqueta de mi amiga.

— Abi nos piropea a todos, no pongas esa cara, cuñadito. No hay nada entre ellos.

— ¿Cuál cara?—pregunta más tenso.