Extra - Abi

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Capítulo festejando los 10 k 🥰

G R A C I A S !

Ya saben que amo saber su opinión y nos leemos con el epílogo el lunes 🥺

Abi'

Han transcurrido dos semanas que no sé nada de Jolie, solo se fue, no se despidió de ninguno de nosotros, fue aún más silenciosa que Daen, él al menos dejó cartas diciendo que odia las despedidas y sería mejor así. Después de todo volverá, en algún momento, pero lo hará.

Primeros días de noviembre; Cada día son más fríos, hay repentinas lluvias heladas todo el tiempo, ir a la escuela por las mañanas es una tortura, las cobijas se ponen más calidas y pesadas a esa hora. Además, sin ellos dos mi vida se siente vacía, no tengo con quien juntar mi banca en el salón, a quien robarle el abrigo, animarle en sus partidos, obligarlo a dedicarme goles o al menos hacerlo admitir que eran por mi, a quien poner de colores con mis comentarios, a quien llamar a medianoche si tengo desánimo y vaya hasta el frente de mi casa a saludarme a lo lejos mientras nos hablamos por teléfono. A distancia pero juntos.

Por Dios, estoy solo describiendo a Daen, Jolie también se fue.

A Isa y Maes ya les preocupa que no paro de mencionarlo. Solo estoy confundida, es un desapego muy fuerte y brusco, eso es.

En mi vacío me ha dado por escribir, si, tengo una pila de hojas que probablemente no entregaré porque cuando vuelva a verlos olvidaré el enojo con el que escribí y me arrojaré a sus brazos sin pensarlo. Recuperaré el tiempo perdido en un segundo o eso quiero pensar, los segundos no me sobran y lejos de ellos me parecen una eternidad.

El desayuno es gris, estoy completamente sola; Maes e Isa se han mudado a un planeta llamado "nosotros", de vez en cuando puedo acceder, pero no es mi intención.

Al término de clases opté por cambiar la dirección de mi trayecto, me dirijo a casa de Isaí, ¿Ya sabrá algo de ella? Algo que al menos me deje el alma en paz un segundo.

Accedo pues me he comunicado con Aless después de casi medio mes sin cruzar palabra y ha avisado mi llegada a vigilancia.

En la entrada de la enorme casa me resbalo pues todo el pavimento está húmedo y resbaladizo, probablemente mientras estuve en clases llovió con leve granizo. Para cuando Mara abre estoy levantándome.

Dejo el impermeable afuera y me adentro al cálido interior.

— Mis niños están en el segundo piso, ¿les hago saber que está aquí?

— Aless sabe que estoy aquí, intentaré encontrarlos yo misma.

Subo los escalones y veo de frente a Alessandro.

— ¿Cómo está?

Pregunto  al verlo salir venir en mi dirección  con una charola de comida intacta.

— Fatal, no ha salido de su habitación por más de dos semanas—responde con desánimo y cansancio—. Apenas come, no tengo idea si duerme, ayer lo obligue a bañarse, he querido ayudar con sus pendientes en la agencia y no los entiendo a totalidad, me están llamando mis contratos aunque es obvio que no puedo dejarlo así.

Quiero acercarme más a él, pero me invade el miedo de que Frieda o su hermana aparezcan y malinterpreten todo como es la costumbre de la segunda y lo meta en líos con la primera.

Aunque, no he escuchado el llanto o risas de la bebé desde que entré, mucho menos señal alguna de que estén cerca, pero la casa es enorme y sus escondites tendrá.

— ¿Puedo pasar a verlo?—pregunto contemplando cualquiera de sus respuestas.

— Si eso quieres, no se si sea buena idea, no quiere hablar con nadie y tu visita puede crearle falsas ilusiones sobre tu amiga.

A segunda vista [L #1] - Último Otoño Where stories live. Discover now