Tritón en cautiverio

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Así eran todos estos bastardos millonarios

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Así eran todos estos bastardos millonarios. Pagaban billones por obtener a la criatura más extraña que pudiera existir. Para mi mala suerte soy una se esas. Ese bastardo que me miraba desde su fino sofá era uno de esos malditos que pagaban a otros bastardos para que nos cazaran y nos privaban de nuestra libertad, obligándonos a vivir en estanques...
Pero... hay algo extraño en ese hombre que no aparta su vista de mi... sus ojos se mueven hacia done sea que me mueva en esta pecera...
Empiezo a hartarme, su mirada penetrante me molesta, y acabo por ponerme frente a él apoyando mis manos sobre el cristal que me apresa....
Estoy por levantar mi dedo de en medio, cuando su rostro se pega también al cristal quedando justo frente a mí....
Somos criaturas de sangre fría, pero extrañamente sentía un ardor en mi cara.
Algo intentaba decir, podía ver que sus labios gesticulaban algunas palabras. No lograba entender lo que decía...
Nade a la superficie de la pecera (estanque en realidad) y me sostuve desde el borde del cristal, y miré a ese hombre desde arriba.
- ¿Qué es lo que tanto miras, maldito bastardo? -
-A ti. Eres una criatura fascinante, pensé que tu especie era solo un mito, una leyenda, pero veo que es real.
- ¡No ocultamos de humanos como ustedes! - dije y esta vez mostré mi dedo de en medio.
Ese hombre empezaba a reír, pero no estaba burlándose, al contrario, su risa era más de fascinación que otra cosa.
-He leído muchas historias sobre su raza, hasta leí que pueden reproducirse con humanos...-
Me quedé en silencio... por lo visto, los humanos nos han estudiado y conocen nuestro estilo de vida y de reproducción, pero también tengo la posibilidad de cambiar eso.
-Eso no es cierto- mentí - es imposible que nuestra raza se pueda reproducir con ustedes, eso sería una aberración-
Volví a sumergirme en el fondo de ese estanque, y me oculté entre las algas y rocas artificiales que tenía ente lugar. Me aleje de él. Era peligroso quedarse un segundo más.
Han pasado varios meses desde que fui capturado. Aunque no me gusta estar encerrado en este estanque, ya no me siento sólo como en el océano... pero extraño a mi madre, seguro estará preguntándose donde estoy...
Quite mi pequeña corona del cuerno con un ligero clik apenas audible. Ya en mis manos la miré nostálgico, aunque siempre me la pasaba solo en el mar, lo extraño. Ahí, es donde puedo ser libre y nadar a gusto...
Un suave golpeteo en el vidrio me sacó de mis pensamientos. Miré por entre aquellas algas artificiales y allí estaban esos ojos azules como el mar... me miraba otra vez, pero en esta oportunidad, su mirada parecía triste ¿Por qué? Él podía ir donde quisiera él no estaba en cautiverio...
Dejé caer mi corona y volví con Erwin, ¿Qué le sucede? ¿Por qué me mira así?
Al llegar por segunda vez al vidrio, note que la camisa que llevaba estaba abierta y la corbata sin atar caía por ambos lados de su cuello.
Otra vez sus labios gesticulaban palabras que no lograba entender... la acústica es horrible cuando se vive en el agua.
Por segunda vez nadé hasta el borde de esta cosa y lo miré, una vez más alzó su mirada a mi.
- ¿Qué mierda te pasa? -
- ¿Eres feliz aquí? -
Su expresión se volvió aún más triste. Lo miré frunciendo el ceño.
- ¿Quién puede ser feliz cuando vive en cautiverio? - respondí con otra pregunta.
-Extrañas el mar ¿no es así? Yo arrebaté tu libertad...-
¿Qué demonios le pasa? Primeo encierra y ahora esto...
Su mirada penetrante estaba poniéndome nervioso. A pesar de que me ha mantenido en cautiverio, debo admitir que ha cuidado de mí muy bien. Este estanque es enorme, la comida no me falta... y aunque no se lo haya dicho jamás, ese humano ha demostrado ser diferente a todos los que he conocido.
El interrogatorio fue interrumpido cuando sonó el timbre de la casa.
Tanto Erwin como yo, miramos en esa dirección.
Seguí a Erwin cruzando el estanque y lo vi avanzar hasta la puerta, con paso cansado y llevando su cabello hacia atrás, apartándolo de su rostro.
A pesar de todo, con el tiempo fui acostumbradme a verlo cada día. En la mañana cuándo se iba a su trabajo, y cuándo volvía tarde por la noche. Estaba prohibido tener algún tipo de contacto con los humanos pero este hombre... este hombre... sin duda que era muy diferente...
Por la puerta entraba un hombre que era más alto que Erwin. Ya lo había visto antes, pero... ¿Cómo era su nombre?
-Hola Mike, pasa por favor-
Apoyado aun en el borde del estanque, ambos hombres dirigieron su mirada hacia mí, para luego verlos perderse por el pasillo que daba quien sabe a dónde. Pues no conocía esta casa...
La única vista que tenía, era la del hall de entrada y la ciudad que estaba del otro lado, y que también daba con una hermosa vista al mar...
Me pase el resto de la tarde nadando de un lado a otro en esta cosa, me sentía algo solo, pues a pesar de que siempre me mostraba reacio a su presencia, extrañaba su compañía...
De tanto esperar termine quedándome dormido.
Y cuando desperté, allí estaba Erwin, mirándome con esa expresión de tristeza.
Aleteando con mi cola, me aleje un poco, para luego regresar al borde del estanque.
-Casi me matas del susto ¿Por qué estás ahí mirándome? ¿Qué no duermes? -
-Te veías hermoso durmiendo, quería contemplar eso...- otra vez esa mirada.
- ¿Tu amigo ya se fue? - pregunte mirándolo desde mi posición.
-Sí, otra vez estamos solo tú y yo...-
- ¡Atrápame! - dije.
La expresión de Erwin se volvió perpleja.
- ¿Qué? -
- ¿Estas sordo? Dije que me atrapes-
Y sabiendo que quizás Erwin reaccionaría tarde, salté del estanque.
- ¡ESPERA! -
Oí que me decía, pero ya había saltado, y afortunadamente caí en sus brazos, para finalmente caer ambos al suelo.
- ¿Estas bien? -me preguntó.
Me encontraba ahora sentado sobre sus piernas. Mi corazón estaba acelerado, había pasado mucho tiempo desde la última vez que había estado fuera del agua.
-Sí- dije y acaricie sin querer su cabeza.
Desde que me habían capturado, lo único que había estado desando, era regresar al mar... pero...
Nuestras miradas se encontraron, fue extraño, algo extraño se sentía en mi pecho.
Su enorme mano, estaba a mi cintura, y la otra en mi espalda. Sus manos eran un poco ásperas pero agradables.
Su mano subió por mi cuerpo y avanzó por mis brazos, los que acaricio con cuidado.
-Tu piel es suave... es extraño...-
Mis escamas se estremecieron de manera agradable, me gustaba esa acción de su parte.
Mi semblante ya no era molesto, sino lo contrario. Cerré mis ojos un momento.
-Haz eso otra vez- susurré e inconscientemente me apoye en su pecho.
Ahora su mano acariciaba mi empapado rostro y quitaba mi cabello de él.
El piso ahora estaba inundado y era mi culpa.
-Lo siento... no pensé en esto cuando salté-
Sin embargo sus manos no me soltaban.
Erwin se levantó del suelo, conmigo aun en sus brazos.
-He leído sobre tu especie, pero no recuerdo haber leído nada sobre el tiempo que puedes estar fuera del agua... de hecho, aún hay muchas cosas que no sé de ti... y quiero saberlas...-
Empezó a caminar conmigo en sus brazos. Eran fuertes, tonificados, un hombre que cuida de su cuerpo...
-Hace meses vives conmigo, pero nunca te he enseñado la casa-
-Que considerado...- dije.
Me llevó a la sala en que se había perdido con su amigo, me dijo que a esa zona le llamaban "sala de estar" y que era donde usualmente se recibía a visitas o se hacían pequeñas fiestas.
Me llevó hasta otra habitación.
-Esta es la cocina, aquí preparamos nuestros alimentos...-
Admito que me estaba fascinando ese lugar, había muchas cosas en esa zona, en el mar había visto algunas de ellas en los barcos que naufragaban. Además mi madre también me había hablado sobre la vida de los humanos, o al menos algunas cosas.
Me llevó a muchos lugares de su casa, pero la que más llamó mi atención fue su habitación, la ventana era enorme, y daba a la ciudad, se veía la silueta de los edificios y de las casas de otros humanos, y las luces de las calles... sin duda, la superficie era increíble los humanos construían tantas cosas y seguían inventando otras...
-Vaya... son raros los humanos...-
- ¿En serio? -
Su sonrisa. La misma que vi cuando me compró, esa sonrisa amable y atractiva...
- ¿Ustedes se sonrojan? - soltó al notar que me sonrojaba.
-También hay sangre en mis venas ¿Qué esperabas? - dije, volví a apoyarme en su firme pecho, era una sensación maravillosa.
-Debería llevarte de vuelta al estanque, no me gustaría que te pasara algo por estar tanto tiempo fuera del agua.
-Estaré bien... ¿podemos ir a tu habitación? Me gustó ese lugar-
Las palabras salían solas, pero era consciente de que este hombre me había cautivado desde el primer momento.
"No puedo negarlo, es muy apuesto... y su carácter es como la de... un Rey..."
Desvié la mirada de él para dirigirla a cualquier lado.
- ¿Estás bien? Debería llevarte al estanque ¿no crees? No me gustaría que algo te pasara...-
-No tienes nada de qué preocuparte... no me pasará nada...-
Su boca... ¿Qué tiene su boca que de pronto siento la necesidad de besarlo...
Me colgué de su cuello y mis húmedos y fríos labios tuvieron contacto con aquellos que eran tan opuestos a los míos... eran cálidos...
Me aparté al darme cuenta de lo que hacía... pero Erwin me empujaba sobre la cama quedando a horcajadas de mi cola.
Aprisiono con suavidad mis muñecas y la corona de mi cuerno tintineo un poco...
Sus ojos me observaban. Era una mirada extraña, y de pronto su rostro se acercaba al mío.
Ahora era él quién me besaba. Respondí a ese beso, me solté de su agarre y con mis manos sostuve su rostro. Estaba algo caliente...
-Estas besando a un pez...- dije.
-No me importa... si eres o no un pez... la verdad es que no me importa...-
Su lengua invadía mi boca, y sus manos acariciaban mi pecho... tomé una de ellas y la llevé hasta un poco más debajo de mi cadera, pero el sonido de cosas rompiéndose y de agua inundando el suelo nos interrumpió.
Erwin se levantó presuroso.
Me cargó por segunda vez en sus brazos y me metió en una enorme caja de madera que había en un rincón.
Había ropa, zapatos y otras pertenencias de Erwin en ese lugar.
Lo último que oí de él, fue:
-No hagas ruido, vendré por ti pronto-
Oí un sonido raro en uno agujero que tenía las puertas de esta caja.
Todo lo que oí después, no hizo más que asustarme.
Golpes de cosas cayendo contra el suelo, y quejidos de dolor.
- ¿Dónde está? - decía una voz. No sé qué estaba pasando ahí afuera, pero temía que Erwin estuviera en peligro.
Empecé golpear las puertas de la caja con mis puños y mi cola.
Entonces las puertas se abrieron.
Erwin estaba tendido en el suelo, y debajo de él había un charco de sangre. Lo peor paso por mi mente.
- ¡ERWIN! - grite cuando caí al suelo.
Intente llegar hasta él arrastrándome, pero los humanos que allí estaban, iban cargados con armas de fuego, maquinas paralizantes y una red.
Eran cinco hombres que iban vestido de negro y ninguna parte de su cuerpo era visible.
Me rodearon, e intentaron atraparme, pero les di guerra antes de que finalmente me capturaran.
Las heridas de mi cuerpo no eran nada en comparación con Erwin... el seguía en el suelo y el charco de sangre solo crecía... quería ir con él, pero los humanos me arrastraban, aunque yo continuaba resistiéndome.
- ¡ERWIN! - lo llamaba, pero él seguía sin responderme -por favor - dije cuando al fin me sacaron del hogar de Erwin.
Una fuerte corriente eléctrica recorrió mi cuerpo y una patada en mi cabeza fue lo último que vi y sentí.

@ErwinxLevi-EruRi





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⏰ Last updated: Jul 04, 2021 ⏰

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Historias Cortas "Shingeki no Kyojin" (Erwin x Levi)Where stories live. Discover now