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—¡Erwin más lento… me duele!— se quejaba el soldado más fuerte de la humanidad. Él y su comandante, estaban encerrados en la oficina de Erwin, y todo aquel qué pasaba por fuera de esta, oía a Levi gemir y a Erwin intentando calmarlo. —¡Es muy grande, y cada vez lo tomas, más se hunde!— —¡Te dolería menos si me dejaras lamerlo, puedo sacarla pero te dolerá un poco! — —¡Despacio Erwin, me duele!— Un grupo de jóvenes del la Legión del Reconocimiento, pegaba su oreja a la puerta de la oficina de su superior, cuando oyeron a su capitán gemir. —¿Qué está pasando ahí dentro?— Armin, un joven muy inteligente, se preguntaba que podía estar pasando ahí dentro, y no era el único, sus compañeros Sacha, Connie, Historia, Jean, Eren y Mikasa ponían una cara qué era soñada. Hicieron callar a Armin para que les permitiera oír lo que pasaba en esa oficina. —Voy a lamerlo…— se oía la voz de Erwin algo nerviosa — es la única manera de qué no te duela tanto…— —Erwin…— se oyó llorosa la voz de Levi en el interior. —Confía en mí Levi, no voy a lastimarte— Eren y Armin cruzaron sus miradas cubriendo su boca, mientras que las chicas parecían realmente emocionadas. —Acaso el comandante y el capitán están… ¿teniendo sexo?— —¿Quién lo diría? — dijo en voz baja Jean, y aún, como todos, manteniendo su oreja pegada a la puerta. —Así qué así matan su tiempo libre— Sacha parecía qué iba a echar a llorar de la emoción — ya se me hacía sospechoso que siempre estuvieran juntos, y se trataran con esa confianza…— Al igula que a Armin, la hicieron callar. —Ah… — soltó de pronto Levi —Ah… Erwin… me duele…— —Lo haré con más cuidado — —Ojalá pudiéramos ver…— murmuró Eren y se acercó a Armin para tomar su mano —aprendería del comandante y lo pondría en práctica contigo…— Armin se sonrojo y matuvo el agarre, mientras ambos volvían a posar sus orejas en la madera. —Levi…— oyeron qué decía Erwin — ya puedo sacarlo… aguanta un poco más — La voz de Erwin se oía profunda y agitada. —No puedo más Erwin… duele demasiado… te lo suplico, sacalo…— —Ya voy… no quiero lastimarte…— Ninguno se dio cuenta de que a ellos, se había unido una persona más. —¿Qué están…?— Hanji, la lider de escuadrón se detenía frente al grupo, pero se interrumpió al oír a Erwin gruñir. —Es tan estrecha…— A Hanji le cambió la expresión de una perpleja a una emocionada y al igual que los demás pegó la oreja a la puerta de madera. —Ya casi Levi… resiste un poco más… — —¡Ahh…!— Prácticamente todos temblaban de la emoción, y sus caras parecieron llegar al suelo de la vergüenza, cuando la puerta cedió y se abrió. Todos cayeron uno encima del otro y todos cubrieron sus ojos. Erwin y Levi se miraron extrañados antes de dirigir su mirada al grupo que yacía en el suelo. —¿Que están haciendo?— preguntó Erwin al grupo. —¿Y porqué diablos están cubriendo sus ojos? — añadía Levi. —Pasábamos por aquí y escuchamos al capitán gemir… y nos quedamos oyendo en la puerta esperando poder saber que ocurría. Sacha era quién contestaba, y se atrevió a mirar por entre sus dedos. Erwin y Levi estaban sentados uno frente al otro. Erwin sostenía la mano de Levi, y con la otra sostenía una pinsa. Sus equipos de maniobra estaban en un rincón. —No… no están desnudos…— comentó Sacha y se levantó luego de descubrir qué nada extraño pasaba en la oficina. Los demás, la siguieron tras comprobar las palabras de su compañera. Erwin y Levi, una vez más se miraron. —¿Por qué deberíamos de estar desnudos? — preguntó Levi. —Creímos que usted y el capitán…— intentó explicarse Eren, pero la vergüenza impidió que acabara la frase. —Que Erwin y yo ¿Qué?— preguntó Levi —termina lo qué estás diciendo, basura— —¡Eren pensó qué usted y el capitán estaban teniendo sexo!— explicó Armin rápidamente. —Puede qué tenga sexo con Erwin luego de quitarme esta astilla de mi mano— Erwin, miró a todos. Sus caras eras lo mejor qué habían visto en todo el día. —Adiós — dijo Hanji y se fue rauda de la oficina, sabía qué Levi iba a encararla apenas tuviera oportunidad. —Comandante… usted y el capitán ¿son novios? — se atrevió a preguntar Armin. —Así es— dijo Erwin sin rodeos y volvió a enfrascarse en la mano de Levi. —¿Tienen algún problema con eso…? ¡Ahhhh…!— respondía pero luego soltó un alarido de dolor. —Listo— decía Erwin —ya salió… si qué era grande y tu mano apretaba la astilla, por eso no podía sacarla… pero al lamer, mi saliva hizo de lubricante, lo que facilitó el poder sacarla…— Ante la mirada de todos, Erwin lamió el lugar en qué había estado la astilla, ya que esta había empezado a sangrar un poco. Levi se sonrojo y se levantó, y sacó a todos de la oficina. —Más les vale largarse o se arrepentirán — Los chicos, ante aquella amenaza, se apresuraron a salir de allí y evitar encontrarse con su capitán o comandante a menos que hubiera una expedición fuera de los muros, o alguna misión dentro de estos.
