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San Valetín, en el Muro María.
En el muro María, el día de san Valentín, era un día como cualquier otro. Al menos para la mayoría de la población, pero estaban aquellos que la celebrarían. Algunos soldados habían podido permiso para ausentarse de sus labores para ir a casa y visitar a sus familias, amigos y parejas. Otros, se podía ver que llevaba con ellos pequeñas bolsitas con chocolates en su interior, para regarla a un amigo o a algún novio o prometido. Pero un muchacho perteneciente a la Brigada del Reconocimiento, caminaba tranquilamente por la superficie del muro que los mantenía a salvo de las bestias contra las que peleaban. Los titanes. Secretamente, mantenía una relación con su superior, el Comandante de la Legión de Reconocimiento, Erwin Smih. Hacía unos días habían acordado tomarse el día, para poder pasar más tiempo juntos, dado que al constante enfrentamiento contra los titanes, no había muchas oportunidades para pasarlas en compañía del otro. Pero ahora estaba solo, mirando la ciudad, y maldiciendo a los de “arriba” por haberle arruinado uno de los escasos días en que ambos podían librarse del trabajo. Se sentó en el borde del muro, dejando sus pies colgando de este. Había muy pocos soldados rondando los muros, en ese momento, pero también el muchacho solía subir a esta en zonas en las que casi no vigilaban los mismos. Soltó un suspiro cuando sus verdes y adormilados ojos, miraron en dirección en la que se encontraba la oficina de su novio. Miró el anillo que estaba en su dedo anular izquierdo, para finalmente besar la sortija. —Erwin…— murmuró al viento que jugaba con violencia con su cabello. Su equipo de maniobra estaba junto a él, se lo había quitado antes de sentarse. —Erwin…— repitió apretando la mano en que llevaba el anillo, en su pecho. —Si tanto quieres verlo ¿Por qué no vas a buscarlo? — — ¿No deberías estar con la mujer de la que estuvo enamorado tu mejor amigo? — respondió con otra pregunta. —No seas infantil, Levi— decía el intruso. —Nile— dijo Levi — deja de entrometerte en nuestras vidas, te quedaste con Mary, sabiendo que Erwin amo a esa mujer, y ahora que él está conmigo insistes en causarnos problemas. —Te quedaste con Erwin y no dije nada. Levi entonces se levantó para enfrentar Nile. — ¿Te recuerdo porque te quedaste con esa mujer? Fue por despecho, Erwin quería a Mary cuando tú estabas enamorado de él, te rechazó y para vengarte de él enamoraste a la mujer a la que amo por tano tiempo y lo rechazó por quedarse contigo. Intentaste seducir a Erwin otra vez tras haber formalizado nuestra relación, y volvió a rechazarte y una vez más intentaste alejarlo de mí, pero ¿sabes qué? Erwin me eligió, y no quiero volver a repetirlo, la próxima vez intentes intervenir rebanaré tu cuello y poco me importará tu familia. — ¿Ha sido lo suficientemente claro mi prometido? ¿O debo hacerte entender que con él, no debes meterte? Si de verdad valoras a Mary, deja en paz a Levi— la voz fría y molesta de un tercer hombre se oyó por sobre el viento que soplaba con fuerza sobre el muro. —Erwin…— dijo Nile volteándose a Erwin. —Te lo diré una vez Nile, y espero que no lo olvides. Podemos seguir siendo amigos, pero vuelve a molestar a Levi y será conmigo con quién tendrás que ajustar cuentas ¿está claro? Pasó junto a aquel hombre para ir directamente con Levi quién lo miraba con su carita y ojos a punto de llorar. —Si no te importa quiero estar a solas con mi novio — sentencio Erwin. Levi observaba como el hombre al que amaba, salía en su defensa. —Déjanos solos por favor— ordenó Erwin. Neil, miró con odio a Levi, antes de dejar solos a ambos hombres. — ¿Te hizo algo? — preguntó Erwin, acercándose para abrazar al menor — estoy hartándome de que se metan contigo, en lugar de decime a mis los que les molesta— — ¿Qué estás haciendo aquí? Deberías estar trabajando…— —Sé que te gusta estar solo cuando nuestros planes se ven frustrados quiero que tengas tu espacio, quiero que tengas tus momentos a solas donde ni siquiera yo pueda molestarte, sé que sueles venir a este lugar cuando te sientes molesto— lo abrazó desde atrás y besó su cabellera — se que hoy teníamos planeado pasar el día de San Valentín juntos por primera vez, pero el trabajo es el trabajo— Levi una vez más miró su anillo. Erwin apoyaba su cabeza en el hombro del menor. — ¿Cuál es su problema? ¿Por qué no te deja en paz? ¿Por qué hay gente que odia la felicidad de otros? — —No hagas caso a eso. Solo ten grabado en tu memoria, que solo te amo a ti, no importa lo que otros hagan, te querré solo a ti… ya debo regresar, quería verte al menos un momento antes de encerrarme otra vez en esa oficina… te espero en media hora en la capilla de la ciudad— — ¿La capilla? — repitió perplejo. —Sí, te esperaré ahí, no tardes— dijo Erwin — ponte tu traje negro, amo verte vistiendo con él, aunque realmente prefiero verte sin ropa, pero el sistema de correas marca tu hermosa figura…— Lo besó, tomando el mentón del menor. —Ahí estaré— susurró — no me hagas esperar— Erwin dejó el muro para regresar a sus deberes. —Erwin…— llamó en voz baja. Pero una vez más estaba solo en el muro.
