Capítulo 4

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Los siguientes días fueron bastante intensos.

En la primera clase nos hablaron sobre los orígenes de los reyes de Arladia, sus ascendientes, los logros más importantes que habían tenido en cada reinado y resaltaron especialmente los de los reyes actuales: Federick y Helena. En eso hicieron más énfasis, hablando sobre su boda, mostrándonos imágenes de sus recorridos por las diferentes ciudades de Arladia y otros lugares del mundo. También nos contaron un poco sobre la vida de Fátima y de Julieta, las princesas, y un poco menos sobre Braulio, su hijo mayor.

Fue bastante notable como evitaron hablar de su alejamiento de la corona.

Después, nos enseñaron cómo comportarnos cada vez que veíamos a algún miembro de la familia real; qué palabras debíamos decir y la forma de hacer la reverencia o el saludo.

En la clase de protocolo para almuerzos o cenas fue donde más me divertí. Conocía muy poco de ese asunto y sabía que me llevaría un poco acostumbrarme a cada paso. Por suerte, nos dejaron un pequeño libro como guía para que leyéramos en nuestros tiempos libres. Era muy importante saber aquello. Nos lo repitieron varias veces.

Luego de cada encuentro, nos dejaban un tiempo libre para despejarnos, comer algo o charlar con los demás.

En ese tiempo libre podíamos ir a cualquiera de los salones de nuestro piso o pedir permiso para ir al patio. Esa era una de mis actividades favoritas. Me di cuenta que pasar tiempo al aire libre me renovaba las energías, así que trataba de aprovechar aunque sea unos minutos para ir hacia allí y despejarme, reconectar conmigo y ser consciente de lo que estaba viviendo.

Aunque también disfrutaba mucho de pasar tiempo con Nailah.

—No pensé que sería tan emocionante todo esto —me dijo ella mientras íbamos hacia el balcón después de la clase de protocolo.

—Siento que con mis nervios olvidaré la mitad —acotó Milo.

En ese tiempo que había pasado junto a ellos, había podido darme cuenta de lo buenas personas que eran. Milo era un poco mas extrovertido y vital. Nailah cargaba consigo varios miedos en relación a la competencia y había decidido aceptar ir allí con la libertad de renunciar si no se sentía bien.

—He venido mas que todo por mi familia —me dijo un día que estábamos solas—. Nos haría muy bien mejorar nuestra economía. Pero sufro mucho estando lejos de ellos.

—Si, debe ser difícil. Si necesitas hablar o un poco de compañía ya sabes donde estoy.

—Gracias Amy. Ha sido muy lindo cruzarme contigo aquí. De no haber sido por ti y por Milo creo que ya me hubiese ido.

Entre todos nos llevábamos bastante bien. El clima de competencia que creí que se sentiría estaba muy lejos de ser una realidad. Salvo por Rebecca.

Esa chica se había mostrado muy poco abierta a entablar conversación con los demás. En cada clase, demostraba que conocía mucho sobre el tema de etiqueta, protocolo, formalidades y demás.

—Dicen que viene de una familia bastante importante —nos había contado Milo después del almuerzo.

Parecía ser que prefería mantener la distancia con los demás participantes. Yo no hubiera podido. De no ser por Nai y Milo, me hubiera aburrido bastante. Siempre esperaba el tiempo libre para poder relajarme un rato con ellos. Lo necesitaba después de tanta seriedad que vivíamos en cada clase.

El día jueves, vimos un resumen de la edición anterior de Vistiendo a la realeza, que fue para la boda de la reina Helena. Si ese contenido hubiese estado en internet quizás lo hubiera mirado, pero había sido tantos años atrás que no habían llegado a pasarse a la web.

Vistiendo a la realezaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon