Capítulo 12

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La gala terminó con la explicación de como continuaría el desafío.

Los participantes que no habían sido salvados irían a votación del público durante la semana siguiente y el día domingo, al inicio de la gala, se daría a conocer al que debía despedirse del concurso. Igualmente, todos deberíamos confeccionar un nuevo diseño para la votación del domingo. También los que no sabían si continuarían participando.

—Todos ellos han venido aquí a crear y a mostrarle al mundo sus diseños, así que todos tendrán la oportunidad de lucirse en la siguiente gala.

Una vez finalizado el evento, nos reunimos todos en el salón principal de nuestro piso para esperar el momento de la cena. El lugar se inundó de conversaciones y de ánimos para las participantes que habían sido seleccionadas para la eliminación.

—Debo admitir que el vestido de Judit tenía varias fallas —me dijo Milo cuando quedamos un poco alejados del resto.

—¿Si? No presté atención.

—De todas formas, entiendo.

—¿Qué cosa?

—¿No te has enterado del chisme que anda dando vueltas?

Definitivamente, estaba bastante alejada de todo eso. Mi mente estaba enfocada en un solo tema, que tampoco era muy conveniente para mi.

Me limité a negar y Milo se acercó un poco mas para contarme.

—Dicen que Judit ha estado viéndose bastante cercana a Álvaro.

—¿Los has visto?

Sonrió pícaro.

—Yo veo todo.

Aquel comentario hizo que me diera un pequeño escalofrío.

—Elif dice que es un juego de Álvaro. También ha intentado acercarse a ella al inicio, pero como no le dio importancia continuó con Judit.

—¿Y eso que significa?

—Por ahora nada. O eso creo. Pero no me sorprendería que empiecen a aparecer estrategias de juego aquí dentro. Estate atenta, que el muchacho tiene sus encantos y no quiero que tu mente se vaya muy lejos del diseño.

Sonreí no muy convencida.

—Tranquilo, no dejaré que eso pase.

—Tienes talento, querida. Enfócate, por favor. Que también te veo un poco volada.

—Fueron días de acostumbrarme a lo nuevo, nada raro. No te preocupes.

Me dio un abrazo rápido y se dirigió hacia donde estaba sentada Elif con los demás. Intercambiaron una sonrisa cómplice y se sumaron a la charla general.

Busqué con la mirada a Nai, pero no la encontré así que salí del salón para ver si podía dar con ella. La encontré en el balcón, sola.

—¿Está todo bien?

Mi voz pareció asustarla hasta que me vio y sonrió.

—Si. Solo necesitaba un poco de tranquilidad. Los nervios que he pasado allí dentro fueron demasiados.

Me acerqué y la rodeé con un abrazo.

—Lo sé, también los he vivido.

—Me imagino. Por suerte el príncipe te ha salvado, ¿no?

—Si, no se que le ha visto al vestido que Fátima no.

Ella se encogió de hombros.

—Es muy subjetivo todo. Aunque admito que el diseño de Judit era un tanto raro.

—Milo me ha dicho lo mismo.

—A ver si el público opina igual.

A los pocos minutos nos llamaron para cenar y luego de esto, nos dijeron que nos esperaban temprano al día siguiente en el salón de creaciones para iniciar con el nuevo diseño. Esta vez teníamos que hacer un vestido corto, sencillo, para reuniones.

Había decidido poner la mente en pausa por unas horas y pensar en la mañana, con mas claridad, hacia donde enfocaría mi diseño.

Así que apenas llegué al salón al día siguiente, busqué mi bloc de notas y me dirigí al exterior para dejarme llevar por la creatividad que me brindaba mi mente recién despierta. Pero aquel plan se vio obstaculizado por su presencia en el banco.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté frenando mi andar.

Giró lentamente y nuestros ojos se encontraron.

—Quería hablar contigo.

—No es ese el punto al que habíamos llegado —le recordé mientras me acercaba hacia el frente del banco.

—Lo sé, pero hay algo que necesito decirte —me dijo poniéndose de pie.

Aquel movimiento nos dejó muy cerca. Peligrosamente cerca, así que di un paso hacia atrás.

—¿Por qué me has salvado?

—Porque lo merecías. Merecías continuar en el concurso.

—Mi vestido querrás decir. ¿O acaso me has salvado a mi?

—Te he salvado a ti porque me siento responsable de lo que ha sucedido. Tienes razón y quiero pedirte disculpas. No tenía por qué entrometerme de esa forma en tu vida y desconcentrarte del concurso. ¿Me disculpas?

—¿Lo has hecho para liberarte de la culpa entonces?

—Amanda, solo quiero que me disculpes y que no pierdas el enfoque. Mereces estar aquí, mereces que el mundo vea tus diseños y mereces llegar lejos, muy lejos.

—Bien, entonces deja de entrometerte en mi camino.

—¿Me disculpas?

—Te disculpo.

Sonrió levemente clavando sus ojos en los míos. Y de a poco, el escudo de frialdad que había creado pareció debilitarse. En el fondo, detrás de ese enojo, apareció la tristeza. La tristeza de tener que aceptar que aquel ser que estaba parado frente a mí, era un ser hermoso que transmitía algo que me encantaba por completo... Y que ese encanto no me era permitido sentirlo.

—Debo crear el diseño para el siguiente desafío —le dije recuperando mi frialdad y sentándome en el banco para huir de su mirada.

—Hay algo más que debo decirte.

—Dime.

Se sentó a mi lado y lo odié por eso.

—He hablado con los organizadores para hacer algún dia de actividades extras, de visitas... Para romper la rutina de todos. Y entre esas actividades está incluido un paseo en bicicleta. Espero que te haga bien.

Me fue imposible ocultar la sonrisa que luchaba por asomarse.

—¿Por qué lo has hecho? —le pregunté permitiéndome mirarlo desde aquella cercanía.

—Porque sé lo necesario que es conectar. Y me has dicho que lo que te ayuda a conectar es andar en bicicleta, entonces...

—Gracias. Significa mucho para mí.

Mi parte fría se vio destruida por completo.

Él también sonrió y sus ojos se dirigieron a mis labios. Fueron segundos. Segundos en los que me percaté que también llevaba una lucha interna.

Se puso de pie de manera repentina. Sus músculos se tensaron y su voz salió mucho mas fría de lo que había sonado antes.

—Te dejo de molestar. Y suerte.

Sin esperar mi respuesta, se alejó.

Lo observé irse mientras sentía como había plantado una nueva percepción en mi interior.

¿Acaso había alguna posibilidad para un nosotros?

Vistiendo a la realezaWhere stories live. Discover now