Capítulo 6

89 17 5
                                    

Fue la noche más difícil de mi vida. Y sí, estoy exagerando, lo sé, lo admito. Pero en ese momento se sintió fatal.

A los pocos segundos de tomar asiento junto a la princesa Fátima, sus ojos se encontraron de lleno con los míos. Y nuevamente, sentí esa cosa extraña en mi pecho. Él quitó la mirada de manera instantánea y se acercó al oído de ella para decirle algo. La princesa sonrió y fue en ese momento en que me obligué a dejar de mirar.

Aun así, durante toda la noche se repitió la misma escena. Sus ojos encontrándose con los míos, mi mirada topándose con la cercanía de ellos y mis esfuerzos por hacer que aquello no importara.

Lo único que me logró distraer fueron las charlas con Milo que estaba sentado cerca mío y tenía un poder para sacar temas de conversación que adoré. Incluso pudo hacerme reír un poco y eso, en aquel momento, fue algo admirable.

La cena se me hizo eterna. Tanta formalidad no iba con mi ser. Pero en el fondo sabía que tenía que pasar por aquello si quería lograr mi objetivo. Y tenía que hacerlo.

En esos momentos más que nunca antes, me aferré a la meta. Por mi madre, por mí misma, por todo lo que implicaba. Y a pesar de Giovani.

Las cosas se desmoronaron un poco más cuando estuve en mi habitación.

Las mujeres que me vistieron, estuvieron ahí para desvestirme y ayudarme a ponerme el camisón, desenredar mi cabello y desmaquillarme. Cuando el silencio al fin se hizo presente, las lágrimas comenzaron a salir.

El pequeño dolor que había sentido durante la cena al confirmar que mi corazón latía por alguien imposible, se sumó al dolor que venía arrastrando hacía un año atrás. De pronto, necesité los abrazos de mi madre, sus palabras diciéndome que todo estaría bien. Necesitaba esa sensación de hogar que ella solía brindarme y de la que no me había percatado hasta su partida.

Mi vida siempre había sido un tanto desapegada a ella. Si bien compartíamos tiempo en la empresa y en los viajes, el resto de mis ratos libres los pasaba junto a amigos temporales en salidas que solo buscaban la diversión. Quizás, si hubiera sabido que me quedaría tan poco tiempo junto a mi madre hubiera renunciado a todos esos planes vacíos.

Esa noche fue difícil. Me dormí entre lágrimas pidiéndole a mi madre que me mandara un poco de fuerzas para enfrentar todo lo que implicaba estar allí.

 Me dormí entre lágrimas pidiéndole a mi madre que me mandara un poco de fuerzas para enfrentar todo lo que implicaba estar allí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al día siguiente me desperté un poco mas calmada y dispuesta a disfrutar del día. Desayuné con Milo y Nai en el balcón y nos pasamos la mañana comentando la cena y las expectativas por esa noche.

—Me pareció más amable la reina que la princesa —dijo Milo.

—No creo que sea bueno decir eso —le dijo Nai.

—¿Por?

—Quizás hay micrófonos grabándonos —explicó con naturalidad—. Incluso los celulares que nos dieron pueden cumplir ese fin.

Vistiendo a la realezaWhere stories live. Discover now