Capítulo XI

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Mihawk al salir de la ducha preparó su almuerzo y comió dentro de su habitación, mientras Zoro dormía desnudo sobre su cama.

Una mancha de salsa de tomate cayó sobre su sábana y la limpió, mientras pensaba en la ambición de Zoro.

Decidió ayudarlo, pero esta vez físicamente. Tal vez algunos duelos le ayudaría a concentrarse y mejorar sus técnicas y ataques.

Estaba decidido de que quería que lo superara, y se lo dijo en su primer encuentro cuando lo derrotó, pero sabía que no iba a ser fácil aprender por sí solo.

Incluso el había tenido un maestro quien lo ayudó a tener el título de "mejor espadachín", y sabía que no iba a ser fácil si no tenía a nadie quien le explicara el uso del haki.

Terminó su comida y bajó hacia la cocina para dejar su plato y limpiarlo. No tenía nada que hacer, ya que la limpieza de la casa ya la había terminado.

Podía entrenar un poco, pero todavía se sentía un poco débil, por lo que si agarraba su espada y hacía un ataque hacia un punto, caería y se embarraría por el poder de su espada negra.

Se encontraba solo con sus pantalones blancos puestos, junto con sus botas negras, dejándo al descubierto su pecho y espalda formada.

Se sentó en el sillón y tomó su sombrero para colocarlo en su rostro y dormir, o al menos cerrar sus ojos y descansar sin necesidad de entrar en un profundo sueño.

Colocó su mano derecha bajó su cabeza y la izquierda sobre su abdomen, para luego cerrar sus ojos y llevar su mente a otro lugar.

Pasaron dos horas cuando Zoro bajó por algo de comida, y se fijó en el hombre quien descansaba en el sillón, por lo que se adentró a la cocina sin hacer ruido alguno y despertarlo.

O al menos el creía que estaba durmiendo.

Mihawk poseía un haki especializado en sentir a los demás a pesar de tener los ojos cerrados, por lo que vió cada uno de los movimientos de Zoro, enojandose cuando tomó uno de sus vinos, sabiendo que le tenía prohibido tomarlos.

—¡Deja eso ahí, Roronoa!

Zoro se asustó completamente cuando escuchó aquella voz, por lo que miró detrás para enfrentarse a la mirada de aquella bestia que lo pilló en algo indebido, pero se desconcertó cuando solo vió la pared y la puerta entreabierta.

Miró toda la cocina en busca de Mihawk, tal vez se adentró sin haberlo escuchado y se sentó en frente de la encimera para espiarlo, pero no estaba allí.

Salió de la cocina con el vino en la mano y se dió cuenta que no había realizado movimiento alguno, por lo que definitivamente pensó que "Ojos de Halcón" venía no por el parecido de su ojo con el animal, sino porque podía ver todo lo que quisiera, incluso a través de las paredes.

—¿Por qué todavía no dejas la botella donde corresponde?

Zoro se tensó nuevamente, está vez había sido testigo de que no se había movido, y tampoco sacado su sombrero para mirarlo.

Se adentró a la cocina y dejó la botella en el estante junto con las demás, y se frustró al no entender lo que estaba pasando.

—No quiero volver a repetirte que no puedes tomar mis vinos. Si quieres tomar alcohol, hay cerveza en la nevera.

Zoro se apresuró en abrirla, y efectivamente, habían tres botellas con cerveza. Tomó una y la bebió por completo.

Tiró el envase al basurero y cerró la puerta de la cocina, para caminar hacia Mihawk con pasos suaves y delicados.

Se sentó sobre sus piernas, una en cada lado, dejándolo acorralado y haciendo que Mihawk se sorprendiera por su acción.

Se quitó el sombrero y lo tiró al suelo, y con sus manos tomó sus muslos aún con los ojos cerrados.

Zoro se agachó y besó su barbilla, para luego sentarse nuevamente y mirarlo con admiración.

—¿Cómo puedes hacer eso?

—¿A qué te refieres con "eso"?

—Mirar a pesar de tener los ojos tapados.

—Haki de Observación.

Zoro lo miró confuso, nunca había escuchado la palabra "Haki de Observación", el solo actuaba por instinto.

Giró su cabeza en confusión mientras veía los párpados de Mihawk moverse. Pensó en como podía lograr usar haki por si mismo, pero no se encontraba capaz de hacerlo.

—Algún día lo lograrás.

Suspiró, y se levantó hacia el baño para lavarse la cara. Pensó nuevamente en como lograr usar haki; solo se le ocurría en hacerlo a la fuerza y con mucho tiempo, pero sabía que debía de volver a su barco lo más pronto posible.

Miró su rostro moreno, y rascó su cabello verde mientras suspiraba otra vez. Se secó las manos y bajó nuevamente.

Mihawk seguía allí, pensando en como podía decirle que lo iba a ayudar en sus entrenamientos. Escuchó a Zoro bajar las escaleras y se sentó.

Miró sus botas en el suelo, y escuchó como sus pasos paraban cerca de él.

—Quiero hablar contigo —. Esas palabras desconcertaron un poco a Zoro, y se asustó completamente, pensando en que iba a decir algo sobre su reencuentro sexual.

Lo colocó más nervioso el hecho de que se encontraba solo con su ropa interior, y él tenía solo sus pantalones puestos.

Se sonrojó completamente cuando se dio cuenta, y cerró sus ojos mientras mordía el interior de su mejilla, preparado para un discurso diciendo que nunca más iban a tener sexo porque él era mucho mayor y que no le interesaba.

—Te ayudaré a usar el haki.

Un silencio permaneció entre ambos. Zoro abrió completamente sus ojos al escuchar aquella oración, creyendo que escuchó mal.

Lo miró para ver algún signo de bromeo, pero se sorprendió cuando este estaba serio como siempre.

Entreabrió su boca y sonrió, agradecido, suavizando la mirada de Mihawk sobre él al ver su alegría.

Sin poder contenerse lo abrazó con fuerza, agradeciéndole una y otra vez por la ayuda. Mihawk sólo observó su espalda mientras lo abrazaba, colocando sus manos en su cadera.

Apoyó su cabeza sobre la de Zoro, para besarle el lóbulo de su oreja, sonrojándolo.

Retrocedió un poco y tomó con sus manos el cuello de Mihawk para besarlo.

El mejor espadachín -MiZoWhere stories live. Discover now