Capítulo XIII (Parte 2)

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Zoro despertó con un dolor de cabeza, junto con Mihawk a su lado, quien aún se encontraba durmiendo profundamente. Miró su espalda recta y la acarició, recordando el encuentro sexual de anoche. No supo en que momento comenzó a sentir un cariño especial por el espadachín, solo supo que lo sentía y eso era suficiente.

Se levantó de la cama para dirigirse al baño y lavarse la cara, mientras escuchaba a Mihawk colocarse su calzado. Bajó a la cocina para preparar el desayuno y luego entrenar junto con su, ahora, maestro.

Dejó el desayuno sobre la mesa del comedor y se dispuso a comer mientras esperaba a Mihawk del baño. Levantó su plato y se quitó la camisa, tomó sus katanas y salió del castillo para sentarse en la piedra grande.

Pasaron veinte minutos cuando Mihawk salió con su camisa blanca, una capa negra con su espada detrás. También llevaba puesto su sombrero vino tinto con una pluma blanca.

Sonrió con emoción cuando lo vio, para luego levantarse de la piedra y estirarse.

—¿Estás listo?

—Lo estoy.

—Bien —. Mihawk quitó de su capa su espada negra, para luego apuntar a Zoro, quien se encontraba colocando su Wado en la boca, realizando el estilo de las tres espadas.

Corrió encorvado con sus katanas en mano, para comenzar a atacar a su contrincante.

Fueron dos horas de entrenamiento, Mihawk le explicó el uso del haki, movimientos de la katana y sobre todo, el uso correcto de la fuerza.

—Me iré a bañar.

—Yo me bañaré primero, Roronoa.

—¡El que llegue primero se baña! —Tras decir ello, Zoro corrió rápidamente hacia el castillo como un niño pequeño.

Mihawk solo negó con su cabeza, y cuando vio que había llegado a la puerta, lo comenzó a perseguir rápidamente.

Se adentraron al baño rápidamente jadeando, con gotas de sudor aún corriendo por su cuerpo desnudo. 

—¡Te gané! —Jadeó nuevamente, y con una mano en su estómago, se quitó la ropa restante, sólo dejando su ropa interior, para adentrarse a la ducha.

Mihawk lo miró detalladamente, y colocó una mano en su cintura y besó su cuello. Su otra mano acarició su pecho sudoroso, sin pudor ni asco alguno.

—¿Te quieres bañar conmigo, perdedor?

—¿Perdedor?

—Llegaste último.

—Mmh, no lo creo.

Le iba a dar un beso cuando un fuerte ruido los puso en alerta. Fijaron su mirada en el lugar del ruido proveniente, para darse cuenta que un fantasma aparecía.

Mihawk entrecerró sus ojos al ver aquel fantasma invasor, quien no paraba de decir "Negativo" mientras atravesaba todo el baño

—¿Qué demonios es eso?

Mihawk no respondió su pregunta tras sentir una presencia extraña en su castillo.

—Iré a ver.

Zoro gruñó al ver como su presa salía del baño sin prestarle una pizca de atención a sus llamados. Se dio la vuelta y comenzó a bañarse, mientras escuchaba pasos por el pasillo y luego por la escalera.

El fantasma no se había ido, se quedó ahí mirándolo fijamente, haciendo sentir a Zoro un tanto incómodo.

—¿¡Te quieres ir!?  —Gritó furioso mientras lo miraba, pero se asustó cuando este lo atravesó, haciéndole sentir una angustia en su pecho y unas ganas de llorar incontrolables.

Cayó de rodillas en la ducha, para luego apoyarse con sus manos.

—L-Lamento haberte gritado, soy una escoria —. Una lágrima cayó por su mejilla, y se maldijo internamente por su estupidez.

Se paró inmediatamente y buscó aquel maldito fantasma que lo había hecho arrodillarse para poder cortarlo en dos partes. Por suerte el efecto de negatividad solo duraba unos segundos.

Salió de la ducha y se coloco rápidamente una bata verde, junto con sus tres katanas. Bajó, pero paró en seco al ver una cabellera rosada que resaltaba de un vestido negro.

Entrecerró sus ojos al ver aquella dama de negro, ¿Cómo demonios había llegado allí?

—¿Quién demonios eres? —La dama se dio la vuelta para ver al hombre que le había hecho esa pregunta, sonrió alegremente y aliviada al saber que el viejo aburrido no era el único en el castillo. 

—¡Mi nombre es Perona! 

El mejor espadachín -MiZoOnde histórias criam vida. Descubra agora