La Llamada

Capítulo 3.5

Risas, felicidad, inocencia, amor eso caracterizaba a las pequeñas gemelas Carter, inseparables, uña y carne. A pesar de tener una casa grande y muchas habitaciones, las gemelas no podían dormir separadas por lo que compartían una habitación donde solían pasar la mayoría del tiempo.

El lado izquierdo de la habitación era el lado de Emily, que podía ser identificado por la cantidad de mariposas de plástico de varios colores pegadas por las paredes y el techo y el lado derecho era el lado de Helena y en medio de la habitación se encontraba una mesa y un par de sillitas a los lados, era la mesa para sus fiestas de té imaginario.

Unas pequeñas Emily y Helena de siete años conversaban animadamente entre ellas y con sus invitados, grandes peluches peludos básicamente, reían mientras tomaban su té. Así se divertían ellas, haciendo sus exclusivas fiestas para ellas dos y los invitados que ellas querían que estuvieran en la fiesta del té.

—Emily —decía la pequeña Helena—, siempre me he preguntado la razón por la que tienes tantas mariposas.

—Es muy simple, Helena —replicaba Emily—, es porque amo las mariposas, es mi animal favorito.

—¿Te digo cuál es mi animal favorito? —Preguntó Helena.

—Por supuesto, dime.

—¡Es el dragón!

—¡No, los dragones me dan miedo!

—Son geniales, Emily, son grandes, fuertes y poderosos.

—¡Pero escupen fuego!

—¡Eso los hace ser más geniales aún!

—¡Nooooo!

Ambas rieron divertidas. Después se instaló un breve silencio que fue interrumpido por Emily.

—¿Sabes qué, Helena? creo que aquí falta algo.

Ambas de miraron intercambiando entre ellas una mirada cómplice.

—Lucas —dijeron ambas al mismo tiempo.

Se levantaron de sus asientos y se fueron corriendo a buscar a su hermanito, Lucas, de cinco años para secuestrarlo y obligarlo a que las acompañe en su fiesta de té, como lo hacían casi cada día.