Capítulo 9.5

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«—Te quiero, Tommy»

«—Yo también te quiero, tía Emily»

Y Tommy se aferró su tía en un apretado y cariñoso abrazo que ella imitó.

Entonces, Tommy despierta sobre su cama con los ojos llorosos, había vuelto a soñar con Emily. Desde su funeral, Tommy soñaba con ella casi cada noche. Desde siempre, Tommy y Emily eran muy unidos, por lo que es normal que su partida le afectara mucho.

El pequeño, atraído por un extraño sonido, se levantó de la cama buscando con la mirada la fuente de ese sonido... que le resultaba bastante familiar, el aleteo de una mariposa. De entre el montón de objetos que Tommy posee, sacó una linterna y fue alumbrando con la luz de su linterna cada rincón de su habitación.

Siendo de madrugada, el entorno era demasiado oscuro como para ver algo con claridad, pero gracias a la luz de la linterna, Tommy visualizó claramente como la mariposa azul revoloteaba alrededor de una carta que se encontraba sobre su escritorio.

—Hola, mariposita —saludó con una sonrisa—, estás aquí porque estoy triste, ¿verdad?

En realidad, el niño no esperaba una respuesta en concreto, él sabía que las mariposas no hablaban, y aunque lo hicieran, él sabía la respuesta. «», esa era la respuesta, no había otra explicación. No era mera casualidad que cada vez que Tommy se sentía triste u enojado, esa azulada mariposa aparecía y por una extraña razón lo hacía sentir mejor.

—Es que extraño a mi tía Emily —continuó él—, quisiera verla de nuevo. ¿Sabes?, esa carta la escribió ella para mí, ya van varios días de que la tengo, pero tengo miedo, estoy seguro que me hará extrañarla aún más.

La mariposa siguió revoloteando alrededor del sobre pero esta vez con mayor intensidad, como si insistiera en que Tom la abriera.

—¿Crees que debería leer la carta?… bueno, no sé porqué te pregunto, no me vas a contestar de todos modos. Supongo que la voy a leer.

El niño tomó dubitativamente el sobre que le costó un mundo en abrir, pero finalmente ya tenía la carta en sus manos y con la luz de su linterna comenzó a leerla por fin:

Para mí sobrino, Tommy.

Si les esto es porque mi hora de dejar este mundo llegó. Me cuesta escribir esto, no te mentiré, pero debo hacerlo porque creo que la necesitas.

Yo te amo muchísimo Tommy, nunca voy a olvidar cuando tu papá no anunció que pronto habría un Carter más, tampoco olvidaré en que naciste ni cuando te cargué por primera vez, estabas dormido. Yo siempre te he considerado como mi hijo, y me alegra que la vida me haya permitido conocerte.

Espero que entiendas que mi partida es algo que yo no puedo controlar, todos los humanos mueren tarde o temprano. Y yo sé que siendo tan pequeño tal vez no lo entiendas.

Cuando era joven, Helena y yo teníamos un conejito blanco llamado William Ricky Carter, y cuando esté murió me puse muy triste, pero entonces mi abuela me dijo que la vida es parte de la muerte y la muerte es parte de la vida y que el tiempo que nosotros tenemos en este mundo está contado y debemos aprovecharlo.

Saber que la muerte es algo natural y que debemos aprovechar cada segundo de nuestra vida, me hizo sentir mejor y espero que esas palabras tan sabías te ayuden a ti también a enfrentar tu duelo.

Lamento tanto que te haya dejado pero algún día tenía que pasar y lo que más me va a doler es que ya no te podré ver crecer y ver como te transformas en el hombre de bien que siempre supe que serías.

Te deseo la mayor felicidad, Tom. Espero que esas lágrimas cesen y continúes con tu vida (pero tampoco me olvides, ¿eh? porque yo nunca me olvidaría de ti).

Con amor,
tu tía Emily.

Tommy lloraba a moco tendido cuando terminó de leer la carta y para cuando alzó la vista, la mariposa azul ya se había ido.

La LlamadaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant