Capítulo 10

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Finalmente, Charlie Evans fue llevado a la corte para ser juzgado por sus crímenes y por el asesinato de Emily Carter.

Con pesar caminaba esposado escoltado por un oficial quien lo empujaba con ferocidad. Charlie no necesitaba ver los rostros de lo demás, él sabía que todas las miradas estaban clavadas en él y todas y cada una de ellas no eran exactamente de admiración.

Tenía todo en su contra, ni aún con el mejor abogado del mundo, Charlie podría salir victorioso. Las pruebas eran irrefutables y todas apuntaban a él. Además, y como cereza del pastel, la abogada que tendría en su contra era la mismísima Helena Carter quien ansiaba con ansias mandar a ese maldito directo a la silla eléctrica.

Todo terminaría ahí y finalmente se haría justicia.

—¡Todos de pie para recibir a la jueza Juddy McCoy! —ordenó un policía.

Todos obedecieron la orden y entonces apareció la jueza McCoy, una mujer alta, de tez oscura ojos oscuros y melena castaña oscura.

—Damos inicio a la sesión —comenzó la jueza dando un martillazo—. ¿El acusado cómo se declara?

Espero que mis pruebas sean suficientes —susurró el abogado de Charlie—, existe una remota de que ganemos.

Ni te molestes, soy culpable— replicó Evans susurrando—. No hay nada que discutir.

—No digas eso, aunque así lo parezca aún existe ciertos puntos que no encajan.

Pierdes tu tiempo.

—Mi cliente se declara inocente.

Eso inició murmullos entres los presentes, cosa que la jueza paró ordenándolo mientras azotaba su martillo. ¿Cómo Charlie sería acaso inocente? esas palabras tomaron por sorpresa a Helena y al mismo Charlie.

—¡Objeción! —exclamó la mujer Carter.

—Objeción denegada. ¿La defensa tiene alguna prueba o algún testigo?

—En efecto, jueza McCoy. Quisiera llamar a mi primer testigo, Reachel Williams.

La fiscal Williams, que se encontraba presente, no se esperaba para nada este giro de los acontecimientos pero fue llamada a declarar y debía hacerlo aunque esto no le pareciera bien. Con duda se acercó al estrado e hizo el juramento de no mentir ante la corte. Al parecer, el abogado de Charlie tenía un plan sólido.

—Fiscal William —empezó el abogado—, ¿es cierto que usted tomó el caso Carter?

—Así es.

—¿Por qué el señor Evans es el principal sospechoso?

—Él trabajaba como equipo de seguridad en la casa de la victima y este desapareció desde el día del homicidio junto con unas cuantas armas pertenecientes al cuerpo de seguridad, además sus demás compañeros declararon que el sospechoso parecía nervioso aquel día. Entonces, lo buscamos y al encontrarlo tenía en su posesión pertenecías de la victima. Valiosas posesiones. Además, él mismo se declaró culpable.

—Supongo que lo buscaron en su residencia, ¿estoy en lo cierto?

—Claro que lo buscamos ahí muchas, pero no estaba ahí, estaba sola la propiedad.

—¿El señor Evans vivía con alguien?

—Según su expediente laboral, él vivía con su madre.

—¿Se podría decir que la señora Evans está desaparecida?

—No tenemos pruebas para determinar eso, además no está reportada como desaparecida.

—Gracias, fiscal Williams. Puede retirarse.

La LlamadaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang