Capítulo 11

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Reachel pensó en el juicio de Charlie Evans que tal vez él podría ser inocente, con todas esas pruebas contundentes que presentó ese abogado. Sin embargo, algo no encajaba, todas las pruebas apuntaban a él, e incluso él mismo declaró que es el asesino, y aunque realmente fuera él, habían ciertos cabos sueltos.

Las armas desaparecidas y el paradero de la señora Evans, todo eso sigue siendo un misterio, tal vez Charlie mintió y sabe dónde están las armas y su madre. De igual manera, viéndolo de otro ángulo, si Charlie hizo lo que hizo por mera ambición, ¿dónde quedó todo el esfuerzo y el apoyo que le puso a su madre?, ¿qué cambió?. Además, ¿por qué confesaría tan fácilmente que él es el asesino?, ¿arrepentimiento?.

Reachel meneó la cabeza y regresó al momento en que estaba. Se encontraba dentro de su auto en la zona de parking del lugar donde ella trabaja. Salió del vehículo y se dirigió a su oficina donde estaba su colega Jerry con dos tazas de café caliente.

—Buen día, Jerry —saludó Williams—. Supongo que uno es para mí. 

—Claro que sí, bien cargado con un toque de crema, tal como te gusta.

Reachel tomó la taza que le ofrecía Jerry y agradeció el gesto y le dio un buen sorbo.

—Delicioso —declaró ella.

—¿Qué tal el juicio?

—¿Qué te digo?, siendo honesta creo que falta una pieza más en todo este rompecabezas, hasta estoy considerando que Charlie Evans es inocente, hasta cierto punto.

—Vaya, no me esperaba eso. ¿Charlie Evans inocente?, pero si parecía tan culpable.

—Demasiado culpable.

—Y dime, ¿qué tal llevas tu ruptura con Taylor?

—Mejor, hace un par de días ya recuperé todas mis cosas y me quedé con los cachorros.

—¿Dónde te estás quedando? si necesitas donde quedarte, eres bien recibida en mi morada.

—Es muy amable de tu parte, pero ya estoy alquilando un piso en el centro. Además, si me quedo en tu apartamento, tendría que escuchar como la cabecera de tu cama choca con la pared todas las noches.

Jerry sólo se limitó a reír porque sabía que era cierto.

—Deberías invitar a salir a la Carter esa.

—¿Helena?

—Exacto. La he visto de las pocas veces que viene y tiene lo suyo.

—Eres un cerdo, Jerry —juzgó Reachel negando con su cabeza dándole otro sorbo a su bebida —. Además, no sé si ella es homosexual.

—No pierdes nada con invitarla a salir. 

***

—¡Esto es inaudito! —exclamó Helena—. Charlie Evans inocente, no había oído tantos disparates en toda mi vida.

—Aún hay ventaja —manifestó Lucas sacando de su bolsillo un juego de llaves—, la jueza dio un veredicto neutro, estoy seguro que encontrarás una manera de poner la balanza a nuestro favor.

—Eso espero. Emily no se merece esto.

La puerta que estaba enfrente del par de hermanos se abrió.

—Yo sé que no, Helena. 

Entonces, los hermanos entraron al departamento de Lucas y su familia, ahí se encontraba Cinthya en la cocina, pero dejó sus actividades para recibir a su novio a su cuñada.

La LlamadaWhere stories live. Discover now