Capítulo 5.5

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—Lucas, hijo —llamó James—, ven un momento.

Lucas obedeció y fue hacía su padre. Era el final del entierro de Emily y los invitados disponían a retirarse.

—¿Qué sucede?

—Por favor puedes llevarte a tu tío Trevor —pidió el señor Carter—. Lo haría yo pero llevaré a tu tía Gladdis y a sus hijas.

—Por supuesto.

—Gracias, hijo.

El tío Trevor es el hermano menor de James por dos años, así que la sangre Carter corre por sus venas. Es un señor de pelo castaño con algunas canas, ojos verdes estatura igual a la de su hermano mayor y claro, por la edad su rostro ya se le notaba ligeramente cansado cubierta con arrugas. Algo que caracterizaba al tío Trevor era su complexión gorda, no robusta, gorda.

Trevor subió al auto junto con Lucas y su esposa e hijo. Una vez dentro, Lucas arrancó y llevó a su tío a su casa.

«Ojalá tuviera mi auto» pensó Trevor con rabia recordando a su esposa que se quedó su auto al momento del divorcio.
Trevor se había casado sin el dichoso acuerdo de bienes separados y hace unos tres años se había divorciado, desde entonces su vida fue cuesta abajo.

—¿Cómo has estado, tío Trevor? —inició Lucas—. No te veo desde navidad.

—Muy bien, Lucas —replicó el mayor—. Dentro de lo que cabe, tengo salud, que es lo que importa, al fin y al cabo.

—Me alegro que estés bien, tío.

—¿Y cómo te sientes tú, Lucas?

—Devastado.

El auto se detuvo en un semáforo rojo, entonces Lucas miró hacía atrás viendo a Cinthya acariciando la cabeza de Tommy quien se encontraba dormido, al ver tan tierna escena, el joven Carter no pudo evitar sonreír, aunque esa sonrisa poco a poco fue desapareciendo y volvió a mirar a Trevor.

—Si lo que pasó con mi hermana fue un suicidio o algo más, en todos los casos no me imagino ninguno en el que esté bien.

—Entiendo lo que dices, muchacho, sé lo que es perder a alguien que amas —se solidarizó su tío recordando a su ex-esposa y a su hija Tiffanny quien lo desconoció en el divorcio—. Un día las tienes y luego desaparecen de tu vida.

La luz del semáforo regresó a verde haciendo que Lucas retomara su vista al frente.

Después de casi una hora de camino, finalmente llegaron a la casa del tío Trevor, era una casa común y corriente en los suburbios, no era una mansión pero era suficiente para un hombre solo que vive acosado por los abogados de su esposa.

—Muchas gracias, Lucas —agradeció el mayor—. ¿No quieren pasar por un café?

—Muchas gracias, señor Carter —contestó Cinthya—, pero debemos llevar a Tommy para que descanse.

—Tal vez en otra ocasión, tío.

—Muy bien, entonces hasta pronto.

Trevor bajó del auto y agradeció de nuevo el raite que le dio Lucas quien arrancó su auto hacía su casa.

Al llegar, Lucas cargaba en brazos a su hijo quien seguía en el país de los sueños. Sin hacer mucho ruido lo llevaron hasta su dormitorio.

Su habitación tenía paredes azules, juguetes tirados por el suelo blanco, un cofre para sus cosas, figuras de acción sobre repisas, un escritorio con una pila de cuadernos, hojas y muchos lápices de colores sobre este. Al centro de la habitación se encontraba su cama tendida, por lo que Cinthya quitó la colcha para que Lucas pudiera recostar a Tommy.

Cuando se aseguraron que estaba bien arropado y profundamente dormido, los padres de Tommy se dirigieron hacía la sala.

Lucas se dejó caer sobre el sofá más grande y mullido que tenían soltando un triste suspiro, mientras que Cinthya se sentó a su lado y tomó la mano de su amor.

—No me imagino lo que estás viviendo, Lucas y toda tu familia —empezó ella—. Cuanto lo siento, debe ser horrible perder a un miembro de tu familia, perder a tu hermana, perder a tu hija.

Lucas no podía resistirlo más y se derrumbó ante la mujer que amaba, comenzó a llorar y colocó su cabeza sobre las rodillas de Cinthya ella lo observó con un semblante melancólico y comenzó a acariciar su cabello.

—Está bien, está bien, ahora ella está en un lugar mejor —susurró la mujer—. Todos la vamos a extrañar.

***

Al día siguiente, Lucas despertó sobre su cama envuelto en sus sabanas grises y al levantarse se percató que había un dibujo sobre su mesita de noche. El dibujo era una mariposa azul. Lucas lo miró detenidamente y lo tomó entre sus manos deduciendo correctamente que fue su hijo quien lo puso ahí.

—Lo hice para ti— dijo Tommy mirando a su padre desde el marco de la puerta y ante esa inesperada aparición de su hijo, Lucas se sobresaltó—. Supuse que te haría sentir mejor. 

—¿Hiciste este bonito dibujo para mí?

—Sí, papi —sonrió Tommy—, ¿te gusta?

—Me encanta —devolvió Lucas la sonrisa—, ¡ven aquí, campeón!

Tommy corrió a los brazos de su padre y se abrazaron con mucho afecto.

—¿Dónde está tu madre?

—Está haciendo el desayuno.

—Vamos.

Cinthya se hallaba cocinando tocino en una sartén estaba tan concentrada que no reparó cuando sus dos amores llegaron. Lucas la abrazó por detrás haciendo que Cinthya regresara a la vida real.

—Buenos días —saludó Lucas para después besar a su novia—. Huele delicioso.

—Espero que lo esté.

—Siempre cocinas rico, mami.

—Gracias, mi cielo —sonrió Cinthya—. Ayuda a tu padre a poner la mesa.

La LlamadaWhere stories live. Discover now