9. Lo agridulce.

6K 246 40
                                    

Ian había insistido en acompañarme hasta casa aunque fuéramos en dos vehículos separados y no pude negarme porque, básicamente, había sido imposible convencerle de que no me iba a pasar nada y que iba a llegar bien.

Por el camino pensé en lo que le había dicho a Blake. No supe porqué fui tan espontánea, no supe porqué tuve que haber sido tan fría y directa, porqué no pude pensar antes de decirle lo que dije aunque, ¿por qué, siquiera, le había dicho eso?

Era estúpida.

¡Claro que le quería y no era por su dinero!

Entonces, ¿por qué? ¿Por qué le quería? Tenía que haber algo y ahora no conseguía pensar en nada porque mi mente solo podía recordar su último comportamiento hacia mí en este fin de semana.

¿Era verdad eso de que ya no lo sabía? ¿Las cosas estaban llegando a su final entre nosotros?

No podía dejar que terminaran así. Blake había sido muy importante para mí durante años. Habíamos sido pareja por 3, pero habíamos sido amigos unos más, como unos 5.

Definitivamente tenía que haber algún motivo por el que le quería y ahora estaba demasiado bloqueada. No podía pensar.

Antes que nada tenía que ser sincera con él, tenía que contarle lo que había pasado y, sobre todo, tenía que disculparme por lo que le dije y por todo lo que había ocurrido.

Quise pensar que le dije eso porque no estaba pasando un buen momento, porque estaba molesta y agotada mentalmente. No medí las palabras ni las pensé.

Entonces, llegué al portal de mi casa. Antes de aparcar, miré sobre mi hombro que Ian estaba deteniendo el coche a un lado, así que pude poner la moto en el mismo lugar de siempre.

Su coche, un BMW serie 7 de última generación, destacaba mucho en el barrio y no quería que estuviera por aquí mucho más tiempo. Bastante se había arriesgado al dejarlo para ir a la plaza. Menos mal que por ahí no pasaba nadie.

Apagué el motor, le puse el candado a la rueda de atrás y me quité el casco para subirlo a casa. No quería que pudieran robármelo por haberlo dejado encima de la moto, ya que en el maletero tenía el otro y no cabían ambos.

Miré hacia arriba, hacia las ventanas de mi casa y vi que estaban todas iluminadas. Sabía que mi padre estaba trabajando, así que tenían que ser Charlie y Brian, pero no entendía porqué estaban todas las luces encendidas.

No quería preocuparlos más y comencé a pensar en algún otro plan para hacer que las cosas funcionaran, tanto en casa como con Blake, pero Ian me llamó desde el coche y me acerqué, al menos para agradecerle por lo de esta noche y despedirme.

—Gracias, Ian. —Le dije agachándome para poner el casco en el suelo. Apoyé los brazos por fuera de su puerta, la cual tenía el cristal bajado, y mi barbilla sobre mis antebrazos.

—Por nada. Espero que mañana todo esté mejor, preciosa. —Me comenzaba a gustar que me llamara así y me estaba acostumbrando.

—Te invitaría a subir, pero creo que ahora mi casa va a ser un absoluto desastre. —Suspiré profundamente.

—No te preocupes, ya vendré otro día si me dejas. —Acarició mi cabeza despeinando un poco mi pelo.

Me pareció bastante tierna la manera tan suave con la que lo hizo, así que una pequeña tímida sonrisa apareció en mi cara hasta que caí en cuenta de algo.

—Oh, por cierto, ¿podrías disculparte por mí? —Frunció el ceño. —Con Eleanor. Por lo del aeropuerto. —Aclaré.

—No hay motivos para disculparse. Ella lo entendió perfectamente, pero se lo diré de todas maneras si te sentirás mejor así. —Asentí.

El padre de mi novio. [Versión 2022] ✅Where stories live. Discover now