31. El final.

4.6K 220 101
                                    

Levanté la cabeza cuando Eleonor me agarró el mentón y pasó un pedacito de gasa con antiséptico por mi labio inferior con algo de fuerza para quitar la sangre seca que aún tenía ahí, aunque sus manos temblorosas me hicieron levantar más la mirada.

Sus verdosos ojos claros estaban llorosos, su esclera de color rojo intenso, la punta de su nariz y sus mejillas estaban sonrosadas, además de que éstas estaban pegajosas de todas las lágrimas que habían caido por ellas con anterioridad.

Aspiró un poco pesado y con fuerza, como si estuviera sorbiendo e intentando subir el agua que también goteaba de su nariz producto del llanto.

No me podía imaginar el dolor que debía sentir ahora mismo después de haber sido testigo de lo que pasó en el jardín delantero.

—Lo siento... —Murmuré con una voz tan rota que no supe cómo salió de mi anudada garganta.

—Son cosas que pasan, querida. —Murmuró. —Está bien. —Negué con la cabeza agarrando su mano para detener lo que estaba haciendo.

—He roto tu familia... —Volví a murmurar con ese nudo volviéndose cada vez más grueso.

—Kay... —Empezó dejando de lado aquella pequeña gasa para agarrar mis manos. —Nuestra familia estaba rota de antes y solo fingíamos que no por Blake. —Negué y ella asintió llevándome la contraria. —Sí, cariño, no lo puedes saber mejor que yo. —Me mantuve en silencio, pensando.

—Si no lo hubiéramos mantenido tanto tiempo... —No pude acabar la frase cuando dos lágrimas cayeron de mis ojos y ella las limpió con sus pulgares, acunando mis mejillas.

—Querida, si no hubiera sido ahora, hubiera sido más adelante. Estaba destinado a pasar porque los lazos del destino son así de crudos y crueles. Nadie elige de quién se enamora, hija mía. —Habló con ese tono maternal.

—Pero todo podía haber sido diferente si... —Ella fue la que negó y siseó mandándome a callar de nuevo de manera suave.

—¿Si qué? Blake iba a reaccionar así de igual manera, no importa cuándo se lo hubieran dicho. —En eso tenía razón. —Todo acabará por solucionarse. Déjalo pasar, ¿sí? —Asentí despacio, débil y sin confianza.

Ella giró medio cuerpo para volver a empapar la gasa con otro poco de antiséptico en el pequeño kit de primeros auxilios que tenía a su lado en el sofá y luego volvió a pasarlo por mi labio inferior.

Miré por encima de su hombro para intentar concentrarme en otras cosas;

Brian estaba sentado en el mismo sofá, pero detrás de ella. Tenía la cabeza en el respaldo, una mano agarrándose la camisa en un puño y el otro antebrazo lo mantenía en su cara como si estuviera tapándose los ojos de la luz del techo.

Él ya tenía sus heridas curadas de antes, ya que había entrado primero y mucho antes que nosotros, así que Eleonor se encargó de curarlo.

Miré más allá de Brian. Ian estaba de pie con las manos apoyadas en la isla de la cocina, inclinado hacia adelante y la cabeza agachada, de espaldas a nosotros tres.

Desde que entramos a la casa hacía unos diez minutos y él mismo le había dicho a Eleonor que me curara primero, aunque él lo necesitaba más, se había mantenido así, en silencio, pensativo y sin mirar a nadie más que a la encimera.

A veces parecía suspirar o sollozar. No sabía muy bien, solo veía su espalda tener ligeros temblores mientras se agarraba fuertemente, con cierta rabia, del borde de la encimera.

—Ve con él. —Me dijo Eleonor haciéndome mirarla. —Te necesita. —Me quedé en silencio.

—¿Tú crees? —Ella asintió convencida.

El padre de mi novio. [Versión 2022] ✅Where stories live. Discover now