NARRA BECCA
-¡Mira lo que le compre a Galilah!- exclame entusiasmada mientras rebuscaba entre las muchas bolsas que contenian las compras del dia y ropita adorable que habia visto en un local. Sam levanto la vista de su notebook pero su sonrisa se congelo y de a poco se distorsiono en una mueca seria y algo nerviosa ante la expresion risueña de un lindo payasito de peluche.
-Aleja esa cosa de mi.
-¿Por qué? ¿Qué pasa?- mi cerebro trabajo arduamente hasta que dio con la razon por la que la mirada alterada de Sammy esquivaba al muñeco sonriente.- No me digas que le tienes miedo a los payasos.
Sam opto por una expresion avergonzada y arisca, aunque no nego ni afirmo mi conclusion. Lance una carcajada estruendosa, ya que la idea era simplemente hilarante a la vez que sumamente extraña. Este hombre podia combatir a un wendigo sin que se le moviera un solo pelo ni se alterase su seguridad, pero frente a un ser simpatico y colorido perdia la compostura. Me fulmino con una mirada de pocos amigos, y justo cuando abrio su boca para replicar Galilah comenzo a moverse. Levante la mano para que se callara, y asi cerciorarme de que no habia sido mi imaginacion. Sabia que ella estaba alli y que todo iba en orden debido a los constantes chequeos que me habia realizado en los ultimos meses, pero esta era la primera vez que sentia su hermosa presencia.
-¡Dios mio, esta pateando!- dije con una completa y quebrada emocion. Agarre la mano sana de Sam y la guie hasta mi enorme barriga. Un par de segundos despues, Sammy sonrio ampliamente y emitio una exclamacion de sorpresa y alegria. Me sorprendio muchisimo cuando se arrodillo frente a mi y apoyo una oreja para escucharla mejor.
-¿Estás ahi, linda?- susurro, y me parecio que las pataditas aumentaron ante sus palabras graves y delicadas. Me subi la remera para que tuviese mas acceso, y cuando lo hice él levanto la cabeza y me dedico una mirada de completo orgullo y conmocion. Cuando volvio a centrar su atencion en mi vientre y deposito un delicado y dulce beso alli, mis piernas temblaron y una sensacion muy placentera y familiar bailó por mis extremidades hasta descansar en mis entrañas. Y en ese momento supe que no tendria escapatoria.
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El mes anterior a la llegada de Galilah transcurrio lento, tranquilo y repleto de sorpresas, como por ejemplo mi inesperado reencuentro con las emociones que Sammy me causaba. Su exquisita dedicacion y cariño perceptible de a poco iba pintando un arcoiris en mi vida gris y melancolica, el cual desaparecia cada vez que debia irse tras alguna pista que lo condujera a Dean. Aunque me alegraBa que estuviese tan empeñado en encontrar a su hermano, finalmente luego de mucho tiempo encontre paz.
Dean me hizo sentir cosas que seguramente no volvere a experimentar con nadie mas, ni siquiera con su hermano, pero nuestra relacion habia sido como una montaña rusa y en este momento necesitaba aferrarme a algo consistente y sereno. Recuerdo que pense lo mismo cuando murio mamá y al final me deje llevar por mi instinto salvaje y lujurioso, pero ahora la maternidad tocaba a mi puerta, y si yo no estoy lo suficientemente bien preparada y fuerte dudo que pueda hacer un buen trabajo.
Además habia descubierto que me encantaba descubrir detalles personales de él que se empeñaba en esconder, o simplemente no se daba cuenta.
Una de sus muchas manias era la comida. No soportaba que la ensalada se mezclase con la carne, o el arroz con las habichuelas. Todo debia estar separado y prolijo, y aunque él no me reprochaba cuando por estar muy apurada servia todo a la ligera y de forma descuidada, notaba como se tomaba la molestia de distanciar y acomodar cada parte en su respectivo lugar. Este comportamiento se repetia con su ropa, y aunque no le daba mucha importancia al orden del resto de la casa, intentaba limpiar cada vez que podia mas que nada por mi.
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Lo que está prohibido me hace feliz (Supernatural- Terminada)
FanfictionMe llamo Rebecca Maddison. Tengo 25 años, no tengo ni me permito hacer amigos y toda mi vida se esfumo de un dia para el otro debido a mi endemoniada profesión. Nunca estuve conforme con lo que mi madre me enseño, pero cuando se fue me di cuenta de...