Epílogo

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Narrador externo


-¿Por qué no admites que estamos perdidos?

Bruno se sentía exhausto, adormecido y bastante malhumorado debido a la extensa caminata que con su hermana Galilah debieron improvisar por una parada de autobús mal situada. Se suponía que Dionisio les había dado bien la información, pero al parecer varios detalles importantisimos no tuvo en cuenta, entre ellos el transporte erróneo que hipotéticamente los llevaría directo a la Universidad de Stanford.

Por su parte Galilah estaba sumamente frustrada. Las cosas no estaban saliendo como las habia planeado rigurosamente en los ultimos cinco meses, desde que Dionisio habia visto en las noticias un hombre de cabello largo y mirada inquietante que guardaba un increible parecido con el de las fotos que Galilah usualmente compartia con él. Ninguno de los dos habia conocido a sus respectivos padres, y como el 90% de sus preguntas eran habilmente esquivadas por sus madres, intentaban darse apoyo mutuo, charlando durante horas sobre el posible paradero de sus figuras paternas ausentes.

En la noticia el hombre, supuestamente llamado Sam Pierce, habia ganado un caso juridico muy dificil que involucraba estafas politicas y secretos gubernamentales. No encontraron demasiados datos con el nombre, pero lo poco que consiguieron les seria suficiente.

Galilah ansiaba conocer a su padre. No tenia idea de si aun seguia vivo, o si se acordaría de ella, pero la idea de tener un breve contacto indirecto con él (mediante su tio) la lleno de una alegria y excitacion impropias de su persona.

Sabia que estaba en serios problemas, pero esperaba que el castigo se reduciera con las indicaciones que le dejo a su madre para encontrarlos. Tambien le preocupaba eso: que ella los interceptara antes de llevar a cabo su cometido.

Le hubiese encantado ingeniarselas sola, porque desde que Bruno la descubrio no hizo otra cosa que insistir en acompañarla, y finalmente accedio cuando su hermanito amenazo con delatarla. Tuvo que modificar absolutamente todo lo que tenia planeado, ya que ahora el viaje seria de a dos. Por lo tanto su trabajo fue el doble de lo pensado, debido a las cancelacion que tuvo que hacer con su vuelo ya que no quedaban mas boletos y no se arriesgaria a viajar en aviones separados, y las provisiones que necesitarían. Claro, porque Bruno insistio y cuando logro que se cumpliera su capricho se desparramo en un sillon a jugar con el televisor tactil y no movio ni un dedo. Además, ¿que necesidad tenia él de acompañarla? Él si vivia con la presencia de un padre simpatico y atento, aunque repulsivo para mamá por lo que le hizo, y en parte para ella tambien, pero muchas veces se le olvidaba el rencor que le suscitaba porque la consentia en casi todo lo que deseaba. La mano firme en casa era mamá, y ultimamente ese tal Francisco que jamás le termino de caer bien.

Pero amaba a Brunito, y en parte sabia que al ser el unico hombre enteramente presente en casa, la "responsabilidad" de proteger a sus mujeres recaia en él. Por supuesto que no era asi, pero el lo pensaba.

Se sentaron en el banco de una plaza bastante concurrida debido al pequeño y electronico parque de diversiones que sobresalia imponente junto a un puesto de marionetas, y mientras Bruno comia con ansias unas gomitas que les habia sobrado ella intento comunicarse con Dionisio. Ese era el otro problema: se les estaba acabando el dinero. Nunca pensaron que la comida estuviera tan cara alli, y Dionisio claro esta nunca les advirtio.

Finalmente su amigo atendio, y luego de unos 10 minutos de explicaciones Galilah corto decidida y tironeo de la capucha del buzo de Bruno para que la siguiera.

Se subieron a un taxi, y antes de decir con exactitud la direccion de su destino, Galilah tuvo que pelliscar a su hermano porque estuvo a punto de delatar su carencia de dinero.

Lo que está prohibido me hace feliz (Supernatural- Terminada)Where stories live. Discover now