Quatre

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comedia | relaciones chico x chico | temas sensibles escenarios muy rosas | soft | fluff | fobia au

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Hoy Bright si había ido a casa.

Luego de algunos días.

Win se encontraba viendo caricaturas después de una larga clase de matemáticas (la cual odiaba) y el de cabello rubio estaba sentado a su lado, aunque un poco lejos de él para que no saliera corriendo o algo así.

El pequeño pelinegro estaba bastante cansado, así que no tardó en cerrar los ojos y quedarse dormido.

Bright se dio cuenta de ello, así que se puso de pie y apagó la televisión.

Pensó en ir a avisarle a la señora Metawin que Win estaba dormido, pero sus piecitos lo dirigieron al sillón otra vez.

A Bright le caía muy bien Win, así que pensó que no habría problema si él se quedaba dormido a su lado, porque el sueño le estaba ganando la carrera.

Cuando Win abrió los ojos, luego de algunas horas, se encontró envuelto en los brazos de Bright.

Quiso gritar, o incluso escapar lo más lejos que pudiera.

—¡Mamá!

Bright despertó algo confundido.

Win se alejó corriendo a la puerta de su habitación, gritó y lloró desde adentro.

—¡No quiero verte nunca más en la vida!

Luego de que el mayor le explicara a los padres de Win lo que había sucedido, éste les pidió que por favor le dejaran quedarse en su casa por aquella noche.

Hizo una cama improvisada en el piso a las afueras de la habitación de Win, y se quedó allí, mirando fijamente la puerta. Tenía la esperanza de que ésta se abriera y pudiera pedirle disculpas a Win.

Su corazoncito aún no sabía qué había hecho mal. Y dolía.

Pasitos de Pingüino ; 𝗯𝗿𝗶𝗴𝗵𝘁𝘄𝗶𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora