¡adaptación!
Win es un niño de siete años al que diagnosticaron con hafefobia a muy temprana edad. Bright es un niño de nueve años que no sabe por que tiene que jugar con otro pequeño que ni siquiera conoce y además parece tenerle miedo.
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comedia | relaciones chico x chico | temas sensibles escenarios muy rosas | soft | fluff | fobia au
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Win tenía una mochila con su móvil, un sándwich de mermelada de moras y una pequeña botella de jugo de manzana.
Había quedado con Krist para acompañarlo a ensayar.
Win jamás había salido sólo de casa, pero ahora se veía en la obligación de hacerlo porque su madre había ido a trabajar y Bright estaba ocupado en sus exámenes de admisión para la universidad.
Así que subió al tren solito y luego caminó hasta dar con la dirección que le había dado Krist.
Se sintió orgulloso cuando llegó. Nada mal para un niño de dieciséis años; Win sonrió feliz.
Subió en el ascensor y dio con una sala que decía Dance Practice.
Vio a Krist en cuanto entró al lugar, estaba con otras personas que creía haber visto en fotos del de cabellos castaños. También estaba Gulf, uno de los amigos de Bright.
-¡Winnie, llegaste! Chicos, este es Win, de quien les hablé.
Luego de que lo saludaran, con algo de distancia para el bien del menor, Krist volvió a dirigir su mirada a Win.
-Los chicos quieren verte bailar, les mostré el vídeo que grabamos hace unos años en la escuela. Pienso que deberias ser parte de la academia.
Win lo pasó muy bien ese día, pero aún recordaba sus piernas temblando cuando la música sonó y todos le miraban.
Llegó a casa en la tarde, con medio sándwich en la mano y sus audífonos puestos. Su madre se alegró de que Win tuviera más amigos ahora.
Bright llegó un poco despues para poder estar un rato con el menor.
-¡Bright!
La madre de Win saludo a Bright.
-Este chico es todo un hombrecito, fue sólo al centro y volvió a casa sano y salvo.
Bright sonrió feliz ante la noticia.
Win le abrazó mucho. Le dio mucho cariño y finalizó el patrón de actos con una exclamación.
-¡Me gusta mucho bailar!
Bright pensó que Win había encontrado al fin lo que lo hacía verdaderamente feliz. Cuando su madre fue a la cocina, Bright le besó los labios, las mejillas y la frente.
