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26/11/1994. 📍 CANADÁ - TORONTO
UN PEQUEÑO NÚMERO CINCO de unos recién cumplidos 5 años; se encontraba afligido, sentado bajo el frondoso árbol del patio de la academia.
Hace unas horas, había empujado demasiado fuerte a Número Ocho, Bernadette, su pequeña mejor amiga desde que tiene memoria. La pequeña había caído en el suelo de manera abrupta, raspando uno de sus brazos, no podría ser la gran cosa, era un accidente, pero el llanto de la pequeña, y la culpa que cualquier niño de tal edad sentiría ante esa situación, vagaban por la mente del quinto, era la única persona que pasaba tiempo con él. Sus hermanos, a excepción de Ben y Vanya, la mayoría de veces se burlaban de él, Número Cinco era un pequeño muy inteligente para tener tan corta edad, ya había aprendido a leer, mucho antes que todos, por lo que los libros en esos momentos eran una gran fascinación para él, pero lamentablemente, sus hermanos catalogaban aquello como algo "aburrido".
Número Cinco hace unos días había leído un libro centrado en el romance, y en su mente recordaba lo que el caballero hacia para obtener el perdón de su amada, aunque él aún no estaba muy seguro de que significaba eso, lo relacionaba con la pequeña castaña. Luego de un largo rato, dándole vueltas a lo que podría hacer para que Bernadette y él jugarán como antes, una de las líneas del libro que leyó, llegó a su mente: "Te traigo esto, como objeto de perdón" y en ese instante la bombilla de su cerebro se encendió, se levantó de golpe y fue en busca de aquello.
(...)
Los pequeños zapatos sucios de Número Cinco, subían por aquellas largas escaleras, en dirección a la habitación de Bernadette, la cuál se encontraba convenientemente al lado de la suya.
En su bolsillo ya hacía una pequeña bellota, tal vez era un objeto de perdón algo ridículo, pero sabía que para su hermana significaría mucho. La castaña era amante de la naturaleza, y siempre que podía recogía hojas, frutos secos, y demás; así que sí, si era perfecto.
