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12/12/2005. 📍 CANADÁ - TORONTO.
UN AÑO ya había pasado desde la desaparición del quinto Hargreeves, y en la Academia todo empeoraba cada vez más. Bernadette se alejó de todos y todo, se había vuelto una persona fría y distante, incluso con Ben, el asiático pasaba horas detrás de su puerta, leyéndole libros, o simplemente tratando de hacerle compañía, y en las misiones todo era igual, Bernadette hacia las cosas por si solas, sin importarle el equipo, o mínimo escuchar a Luther, todo su mundo se había venido abajo, y ahora lo único que le quedaba del pasado, era su collar, y un retrato personal de Número Cinco, regalo de su madre.
Y los problemas que le trajo Bernadette a Reginald, fueron aún peores, no cumplía con ninguna orden, muchas veces sus hermanos eran los daños colaterales de sus decisiones, y todo empeoró aún más, cuando hace un par de meses Bernadette se tiñó el cabello rojizo, hubo gritos de por medio, Reginald la golpeó, y sus hermanos se fueron contra él, esa fue la gota que derramó el vaso.
Desde que Número Cinco había desaparecido Bernadette se mentalizo encontrarlo, viajaría y lo traería de vuelta, sin importarle las consecuencias, llevaba meses realizando ecuaciones, leyendo libros de viajes en el tiempo, y escapando por las noches para entrenar.
11:30 pm, Bernadette salía por las escaleras de emergencias, sus cabellos rojizos se elevaban por el fuerte viento, era una noche muy fría y oscura, y sobre todo, solitaria.
Llevaba un rato caminando, ya había pasado por "Griddy's Donuts", mientras repasaba sus ecuaciones, los releeia y releeia, tratando de que estos entrarán en su mente, y no llegar a fallar. Iría al momento exacto en donde Número Cinco está por saltar, y eso era lo que no tenía cuenta, su mente solo procesaba los números escritos en la hoja frente a ella, pero no a donde quería llegar.
Se paró frente a un puesto de periódicos, uno que se encontraba cerca al teatro, leyó sus ecuaciones y con todas sus fuerzas activo su poder, y en un abrir y cerrar de ojos, todo había cambiado, la nieve caía y las personas caminaban tranquilamente, giró a observar el puesto de periódicos y las fechas que se detallaban en algunos de ellos, eran nada más y nada menos, que hace una semana.
