Capítulo 3

1.6K 198 45
                                    

—Deberíamos comer algo, ¿no crees?

Me senté en la cama, eran casi las 10:00 pm y aún estábamos acostados, desnudos.

—Le pediré a Alex que nos envíe algo, o si lo prefieres vamos hasta allá.

—No creo que pueda dar dos pasos sin caerme al suelo. Además, que es algo tarde para una cena.—respondí mientras él me sonreía levantándose de la cama.

—Ordenaré algo ligero entonces—me miró sonriendo. —. ¿Biscocho helado?

—No diré que no a eso —respondí mientras lo veo ir hacia el baño y después salir desnudo de la habitación buscando su teléfono.

Regresó rápidamente y se acostó a mi lado en la cama. Marcó un número, lo puso en altavoz y esperó.

—Que necesitas Leo.

—Voy a necesitar un biscocho helado lo más rápido posible.

—Todos los días me pides lo mismo, me vas a dejar a los clientes sin postre.

No pude evitar reírme ante lo que estaba escuchando.

— ¿Hay alguien contigo ahí?

—Kate, y estás en speaker.

—Hola Kate.

—Hola Alexander, salúdame a Jessy.

—Lo haré. Lo enviaré porque es para Kate, porque si es para ti, olvídalo.

—Si puedes, que tenga relleno extra.

—Si, como sea. — y colgó.

Lo miré ahora intrigada.

— ¿Todos los días? Ordenas el biscocho helado todos los días.

—Digamos que he descubierto una cierta fascinación por ese postre últimamente—dijo mientras enroscaba un mechón de mi cabello en su dedo—. Es mi segundo postre favorito sabes.

— ¿El segundo?

—Si, y en estos momentos siento curiosidad por saber a qué sabrían los dos juntos.

— ¿Cuál es el primero?

—Eso, es un secreto.

— ¿No me lo contarás?

—Más tarde quizás—se levantó de la cama—. Ahora qué tal si nos bañamos antes de que llegue el postre. —dijo tirando de mis piernas y después cargándome en sus brazos.

Y no me opuse mientras él me conducía hasta allí. Cuando me bajó, me percaté que la bañera estaba casi llena.

—Pensé que te gustaría un relajante baño de espuma.

—No creo que contigo sea muy relajante. —murmuré mientras contemplaba el vapor escapando del agua.

—Te prometo un masaje también. —dijo parado al lado de la bañera tendiéndome la mano para ayudarme a entrar.

—Suena más tentador cuando lo dices de esa forma. —coloqué mi mano sobre la suya y entré a la bañera.

Daniel me quitó las gafas y entró recostándose a un extremo. Tiro de mí hasta que yo quedé recostada a su cuerpo. Cogió una botellita de aceite que había en el costado de la bañera, vertió un poco sobre mis hombros y comenzó a masajear lentamente.

Cerré los ojos. Sus manos apretaban y relajaban mis hombros tensos. Fueron bajando hacia mi espalda y después se desplazaron hacia el frente, hacia mis senos. Abrí los ojos cuando comencé a sentir su erección contra mis nalgas.

Price© ✔️(+18) #2 La MisiónWhere stories live. Discover now