Capítulo 7

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Cerré los ojos y deslicé una de mis manos por mi cuerpo hasta mi sexo. Lentamente. Como si estuviese acariciando algo suave y delicado. Me acaricié entre los pliegues húmedos e hinchados por la excitación. Reprimí un gemido que escapó de mis labios cuando acaricié mi clítoris y otro más cuando introduje un dedo en mi interior. Me aferré con la mano libre a la cama y me mordí el labio inferior mientras comencé a mover el dedo contra mis paredes frontales. Puedo sentir a cada instante como se aprietan a su alrededor. Sé que no voy a necesitar mucho, las caricias de Daniel me han llevado casi al borde y lo que necesito es la liberación.

Introduje un segundo dedo, sintiendo como se apretaban mis paredes ahora mucho más a su alrededor. El rostro de Daniel vino de repente a mi mente. Sonreí mientras entreabrí los labios para respirar mejor. Y pretendí que era él quien me acariciaba.

El calor comenzó a crecer, más y más en vientre, mientras continuaba bombeando ambos dedos en mi interior. Solté la sábana y con la otra mano comencé a acariciarme el clítoris. Mi respiración se volvió errática. Me mordí el labio inferior, aún más, intentando en vano reprimir los gemidos audibles que comenzaron a escapar de mis labios cuando el orgasmo me golpeó de repente arrasando con todo mi sistema nervioso.

Mi cuerpo completo comenzó a convulsionar, puedo sentir los fuertes espasmos de placer recorrer mi cuerpo completamente tras un orgasmo arrasador. Dejé caer las manos a mi lado en la cama mientras respiro agitadamente.

Entonces abrí los ojos de repente y me senté en la cama de golpe percatándome de lo que acabo de hacer. Puedo sentir el calor comenzar a inundar mis mejillas mientras miro a Daniel fijamente a los ojos.

Ni siquiera me he percatado que él dejó de tocarme, de deslizar sus labios por mis piernas. Estaba tan absorta en mi fantasía y en la excitación que sentí, que me olvidé que él se encontraba conmigo. Daniel está sentado en una banqueta mirándome fijamente. Sus ojos, lucen más azules de lo normal y la excitación está marcada por todo su rostro. Pero también hay un rastro de sorpresa e incredulidad.

— ¿Te divertiste? —me preguntó. Y no pude evitar desviar mi mirada desde sus ojos hacia su miembro al cual estaba masajeando lentamente. Tragué en seco sin apartar mi mirada de su mano deslizándose por su extensión. No puedo dejar de mirar cada movimiento de su mano arriba y abajo—. ¿No te quedan energías para contestar? —preguntó una vez más. Se colocó un preservativo y se aproximó donde yo estaba. No puedo hablar, no encuentro las palabras. Esta ha sido la primera vez que hago algo tan atrevido frente a él. Se detuvo frente a mí y alcé la vista hacia sus ojos—. Creo que es mi turno de divertirme. —me dijo mientras me tomó por la cintura y me sentó más al centro de la cama antes de empujarme.

Cerré los ojos brevemente y me reí mientras caí acostada sobre el colchón. Sentí a Daniel moverse en la cama, subir y abrir mis piernas una vez más mientras colocaba sus manos en mi cintura y sin preámbulo alguno, sentí el calor de su lengua deslizándose sobre mi sexo.

— ¡Oh dios! —grité mientras aferré mis manos a su cabeza.

Estaba preparada para su invasión inminente, pero no estaba preparada para sentir su lengua ahí, tan caliente y húmeda dando vueltas en círculos, entrando y saliendo, saboreándome completamente.

Devorándome.

Apreté mis manos más fuertemente y cerré los ojos mientras dejé que las sensaciones se incrementaran una vez más, ahora mucho más rápido en mi interior. Sintiendo como otro orgasmo comenzaba a acrecentarse rápidamente en mí. Mis paredes comenzaron a apretarse y entonces dejé de sentir su boca. Abrí mis ojos de repente para ver cómo me giró rápidamente haciendo que quedara boca abajo. Mis gafas desaparecieron de mis ojos. Sus manos fueron rápidamente hacia mis muslos y tiró de ellos haciendo que quedara arrodillada en la cama.

Price© ✔️(+18) #2 La MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora