Capítulo 24

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Puse la primera velocidad y apreté el acelerador a fondo. Y de repente me vi catapultada a mi infancia, al día del accidente en el cual murieron mis padres...

«Voy sentada en el asiento trasero del auto. La nieve cae afuera mientras yo dibujo algo en la ventanilla del auto. Mis padres van sentados frente a mí, sonriéndome mientras cantamos juntos una canción que me gusta. Y entonces de repente el auto comenzó a patinar...»

Cambié las marchas del auto mientras lo saqué de la pista hacia la carretera. Miré por el retrovisor mientras doblo en una curva y veo aparecer los autos del FBI. Meto otra velocidad mientras los recuerdos inundan una vez más mi mente...

«...y a dar vueltas en la carretera mientras yo grité detrás, tratando de aferrarme a algo. Hasta que el auto se detuvo de cabeza. No puedo moverme, mi cuerpo duele en todas partes. Miré hacia el frente y vi a mis padres frente a mí, sus rostros cubiertos de sangre, los mismos rostros de los sueños que he tenido recientemente...»

— ¡Kate! —un quejido a mi lado hace que abandone mis recuerdos y me enfoque en el presente. Daniel a mi lado me mira entrecerrando los ojos. — ¿Eres tú?

— ¡Daniel! No te muevas, tienes una contusión y un tiro en el brazo.

— ¿Estás manejando nevando? —pregunta mientras intenta acomodarse con un quejido.

—Sí. Vamos hacia mi apartamento, ahí te podré curar las heridas.

—Mejor al hotel. —dijo mientras levantó el brazo sano para tocarse la cabeza.

—No, al hotel no podemos regresar, es donde primero irá el FBI.

— ¿Qué haces vesti...? —pero no pudo terminar de formular su pregunta pues perdió el conocimiento nuevamente.

Y entonces más recuerdos inundaron mi mente. Recuerdos de mi infancia. Los recuerdos de mis padres sonriéndome, jugando conmigo. Recuerdos de Stella y un niño de ojos grises y sonrisa traviesa visitando la casa.

Todo está regresando a medida que conduzco rumbo a mi apartamento. Y sin poderlo evitar las lágrimas comienzan a caer por mi rostro. Después de tantos años, estoy recordándolo todo. A mis padres, a Stella, a Daniel. La necesidad de supervivencia ha sido el detonante para que recupere mis recuerdos. O quizás ha sido el golpe que me dieron. No lo sé.

Daniel comenzó a moverse cuando aparcaba en el garaje subterráneo del apartamento. Bajé del auto y di la vuelta abriéndole la puerta y ayudándolo a salir del auto.

—Apóyate en mí. —le pedí mientras caminamos hacia el ascensor.

Daniel se recostó a la pared del ascensor mientras este nos llevaba hasta mi piso. Las puertas se abrieron y salimos hacia el apartamento.

¡Mierda! No tengo las llaves.

—Espérame aquí unos minutos. —le pedí mientras lo recosté a la pared del apartamento.

Bajé hacia donde está el conserje del edificio y se me quedó mirando extrañado al verme con aquella ropa. Y tuve que inventarle que estaba de una fiesta temática y que he olvidado las llaves en la oficina. Y después de unos minutos me tendió una copia de las llaves de mi apartamento. En cuanto las puertas del ascensor se abrieron, salí corriendo. Y me encontré a Daniel sentado en el suelo, recostado a la pared.

Abrí la puerta del apartamento y lo ayudé a levantarse y entrar en el apartamento. Lo llevé hacia el baño, tengo que limpiarle las heridas y quitarle la ropa ensangrentada. Bajé la tapa del váter.

—Siéntate. —le pedí mientras lo ayudaba.

Puse a llenar la bañera mientras comencé a quitarle todos los accesorios y la ropa que lleva. Lo ayudé a levantarse una vez más zafándole y bajándole los pantalones con los bóxers. Lo volví a sentar para zafarle las botas y sacar los pantalones por sus piernas.

Price© ✔️(+18) #2 La MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora