𝙆𝙞𝙡𝙡𝙚𝙧𝙨

Ten

12 de enero
Seúl, Corea del Sur

Felix miró con diversión como Jeongin, uno de sus amigos, intentaba torpemente convencer a Bangchan de tener una cita aunque el mismo sigue negándose, alegando que su nuevo restaurante estaba cerca de abrir y estaba muy ocupado con ese tema.

El ahora rubio sabía que mentía por dos simples razones. Número uno: Vivían en la misma casa y lo veía rascarse las bolas todo el tiempo y número dos, su nuevo restaurante había abierto hacia dos días atrás y tenía demasiada gente detrás de eso para tener que preocuparse.

Maldito Bangchan y su miedo al éxito.

Jeongin volvió a su mesa tras unos minutos, su ceño fruncido y su día arruinado. Se sentó frente a su plato con budín e, ignorando el mismo, agarró el recipiente donde estaba el budín casi entero. Felix soltó una carcajada, negando con la cabeza.

--Maldito idiota, luego él querrá salir conmigo y no me quedará más que decirle que no. --Gruñó el menor, comiendo directamente del recipiente y dispuesto a comerse todo el budín. --Por cierto ¿Dónde está tu novio? Hace horas que estoy aquí y no lo he visto, es raro. 

--No tengo idea, en realidad. --Felix se encogió de hombros, comiendo de su porción de budín. --Esta mañana se despertó de mal humor y se fue de la casa a no sé donde, debe estar asesinando o golpeando gente por ahí.

--Hyunjin siempre está de mal humor, no me sorprende. --El menor continuó comiendo. --Pensé que Seungmin vendría hoy también.

--Se supone vendrá pero ya sabes, a Minho no le gusta que esté mucho conmigo luego de enterarse de nuestros encuentros en la secundaria o universidad. --El rubio sonrió con diversión, mirando su celular.

Felix de repente se levantó, volviendo a su común expresión de seriedad. Agarró el recipiente lleno de budín causando que Jeongin hiciera un puchero y lo mirara con el ceño fruncido.

--Vamos, hay que juntarnos con Changbin.

Entonces el peliblanco sonrió, levantándose con la cuchara en la mano.

--Ya me estaba aburriendo, tardó demasiado.

Un pelicastaño golpeó con fuerza el rostro del hombre que tenía en frente, totalmente enojado.

--Este idiota no pudo decirme nada importante. --Gruñó, sacudiendo su mano. --¿Tan difícil es conseguir información del supuesto príncipe Lee?

Finalmente tiró el cuerpo del policía que había prácticamente secuestrado.

Conocía el trato de Lee con la policía y esperaba que, aunque sea los principales, le dieran alguna pista que tanto deseaba.

Solo quería saber un punto débil que tuviera Felix, no más, no menos. 

Tampoco tenía idea alguna de cuál podría ser, los reflejos de Felix eran impecables, el chico parecía tener un radar para averiguar dónde había gente vigilándolo, su puntería era perfecta y si bien no era para nada intimidante para eso tenía a Hyunjin que se encargaba de esa parte.