Eleven

1.5K 241 120
                                    

Todo este capítulo estará narrado desde la perspectiva de Hyunjin<3


Un suspiro salió de mis labios mientras apoyaba mi brazo en la mesa y mi mejilla en mi mano, totalmente concentrado en ver a Felix

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Un suspiro salió de mis labios mientras apoyaba mi brazo en la mesa y mi mejilla en mi mano, totalmente concentrado en ver a Felix.

Por más que quisiera mis ojos jamás se desviarían de él, era tan hechizante. La forma en la que se movía, siempre con elegancia, o la forma en la que su nariz se arrugaba cada que no le hacían caso o pasaba algo que no le gustaba, o cuando me miraba y sus ojos se ponían cálidos, dándome aquella mirada que solamente me pertenecía a mí.

Llevaba años mirándolo en silencio mientras él hacía cualquier otra cosa. Sigo sin entender como alguien tan hermoso y perfecto como él pudo enamorarse de alguien como yo, entregándome todo aunque yo no se lo pidiera.

Fuera toda la mierda en la que se vió involucrado por sus padres, mi pequeño pecoso definitivamente podría haber sido un hermoso chico que captara la atención de todos fácilmente. Porque él, incluso siendo un jodido mafioso, no le gustaba asesinar gente, es más, si podía buscaba otras soluciones pero al final yo terminaba matando y manchando mis manos con sangre.

Y contrario a lo que muchos podían pensar, yo no manchaba mis manos porque Felix me lo ordenaba. Al inicio yo sí manchaba mis manos por mero gusto pero con el tiempo cambié mi razón, ahora manchaba mis manos para que mi príncipe no tuviera que manchar las suyas y cargara con más culpa.

Sé que Felix aparenta ser fuerte y que nada le afecta pero sé que las cosas en las que nos hemos metido sí le afectan pero él se guarda absolutamente todo, en los trece años que llevábamos juntos, desde que somos niños claramente, una sola vez lo he visto llorar.

Esa fue la escena que más odié ver en mi vida, a pesar de que Felix fingió que su madre no le importaba la verdad es que su muerte le afectó demasiado, más al tener todos los policías tras de sí y el idiota de Yugyeom molestándolo. Todo fue demasiado para el pre adolescente de trece años que era Felix y en una de nuestras pijamadas tuvo un ataque de pánico, donde lloró casi toda la noche y gritó lo mucho que odiaba a su padre, a su madre, lo mucho que odiaba ver nacido.

Recordar a ese Felix siempre me pone mal porque podría volver en cualquier momento, más si sigue guardándose todo para sí mismo, mi mayor miedo es que él...

--¡Hyunjin! --Salí de mis pensamientos al oír su voz llamándome y lo miré nuevamente, sonriendo al ver su naricita arrugada. --¿Escuchaste algo de lo que te dije?

--Nop, ni un poquito. --Sonriendo al ver su carita enojada me levanté de donde me encontraba sentado, acercándome a él para pasar uno de mis brazos por su cintura para atraerlo hacia mí. --¿Por qué no entregas esos papeles mañana y nos vamos de aquí de una vez? Quiero pasar el 14 de febrero con mi lindo novio..

--Eso te estaba diciendo, tonto. --Él pasó una mano por mis cabellos ahora negros, despeinándolos un poco. --Ya le mandé el informe a Kibum, él se encargará de distribuirlo por la policía y de hacer los carteles de búsqueda, esos pedófilos que te dije serán atrapados al fin.

--Siempre tan bueno, mi lixie. --Besé una de sus mejillas antes de agarrar su mano, jalándolo con lentitud hacia afuera de la casa. --Vámonos ahora, sino no llegaremos al atardecer.

Entrelacé sus dedos con los míos y él como siempre se dejó llevar, teniendo esa usual expresión de seriedad pero sus ojos mostrándome todo el amor que podían.

Lo llevé hasta el auto y lo dejé subir, en los asientos de atrás estaba Kkami, que se había quedado durmiendo allí cuando nuestro viaje inicial se canceló hacia una media hora, junto a una canasta que tenía algo de comida. 

Empecé a conducir, poniendo la música que le gustaba. Faltaban unos cuarenta minutos para el atardecer y por más cliché que sonara yo quería verlo en la playa a su lado. Por suerte teníamos la casa en las afueras de la ciudad y bastante cerca de la Playa para pasar la noche allí.

El camino fue tranquilo hasta que tuvimos que parar para que kkami hiciera sus necesidades, a veces sentía que ese cachorro existía únicamente para arruinar mis planes pues gracias a eso nos atrasamos diez minutos. El atardecer estaba cada vez más cerca y nosotros aún algo lejos de la playa.

Por suerte, gracias a que rompí varias reglas de velocidad, llegamos a la playa justo a tiempo. Dejamos el auto en el estacionamiento y caminamos hacia un lugar alejado donde nadie podría molestarnos y, mientras mi príncipe peleaba con Kkami que no quería moverse de una roca, yo saqué una manta bastante grande de la canasta y la puse en la arena.

--Ven aquí, Felixie, deja a kkami allí solito, vendrá cuando tenga hambre. --Le llamé logrando que finalmente dejara al cachorro para venir a mi lado.

--Ser padre es muy difícil. --Bromeó, haciéndome sonreír de inmediato.

--Lo sé, deberíamos castigar a ese pequeño revoltoso para que deje de ser tan malcriado. --Bromeé ahora yo, ganándome aquella sonrisa que iluminaba mis días.

A la mierda el sol, lo único que necesitaba era una de las escasas sonrisas de mi príncipe.

--Lamentó trabajar tanto hoy. --Se disculpó de repente, agarrando mi mano para jugar con mis dedos. --Solo quería terminar ese informe de una vez para enviarlo a la policía.

--No te disculpes Lix, sabes que puedo esperarte el tiempo que sea necesario. --Le resté importancia, entrelazando nuestros dedos. 

--¿Todo el tiempo que sea necesario? 

--Todo el tiempo, aún si tardas una hora, diez horas, cien horas o mil horas yo te esperaré. --Le aseguré, llevando mi mano libre a su mejilla para acariciarla. --Porque sin ti, Lee Felix, yo no soy nada.

Y finalmente, cuando el último rayo de sol se escondía besé sus labios, con lentitud y suavidad, nuestros labios se juntaban de manera perfecta como si estuvieran hechos para complementarse.

Estuvimos horas en la playa comiendo lo que había llevado y jugando con kkami que luego de su siesta parecía estar lleno de energías, antes de que fueran las doce de la noche le dí mi regalo, una hermosa cadenilla de oro que era ajustada al cuello. 

Por último, terminamos bajo las sábanas de nuestra cama en la casa de verano, besándonos y tocándonos todo lo que pudiéramos pero se sentía diferente, no era como las demás veces. Lo hicimos con lentitud, prometiéndonos amor en cada beso, casa susurro y jadeo que escapaba de nuestros labios. 

Fue un día perfecto junto al amor de mi vida, mi bonito príncipe que con su sonrisa podía iluminar mis días y hacerlos mejores.


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Quería escribir algo bonito y que dejara más pistas sobre el verdadero Felix<3

𝙆𝙞𝙡𝙡𝙚𝙧𝙨Where stories live. Discover now