Capítulo 10

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Clarke pov:

La luz del sol se oculta lentamente tras las montañas. Respiro profundamente el fresco y húmedo aire, que tiene un ligero aroma a barro y flores. Probablemente se deba al extenso campo de lavandas en el que estoy parada. Escucho una risa detrás mío y me vuelvo a Lexa, quien me mira divertida.

-¿Qué es tan gracioso?

-Tu.- Me responde provocándome.

Le saco la lengua.- Eso es porque yo si se apreciar la belleza del paisaje.- Me siento sobre la manta que extendimos hace unos minutos.

-Yo también lo hago, aunque no tan dramáticamente.- Comenta sentándose a mi lado.

Como en los últimos meses, mi estómago da un vuelco, provocado por su cercanía. Esa sensación de mariposas revoloteantes vuelve a mi. Al menos el rubor ya no lo acompaña. Solía ruborizarme siempre que estaba cerca. Era vergonzoso.- Cuando has pasado casi toda tu vida dentro de una nave de metal deseando bajar al suelo, aprecias todo como si fuera el último día que lo verás.

Su sonrisa se desvanece.- Lo siento. A veces olvido que no tuviste tanta suerte como nosotros de vivir con este hermoso paisaje.

Asiento aceptando las disculpas.- Doce años en el espacio contra tres míseros aquí abajo. Y dos los gaste entrenando duramente con Anya. El último encerrada en esas aburridas reuniones.- Me dejo caer hacia atrás para enfatizar el drama.

Carcajea.- Yo llevo en esas aburridas reuniones cuatro años más que tu.- Se acuesta a mi lado.- Es bueno saber que tengo una amiga allí dentro.

Mi sonrisa flaquea, pero la recompongo rápidamente para que no sospeche. Vuelve su vista al cielo y hago lo mismo. Siento las lágrimas arder en mis ojos, deseando ser liberadas. Lexa y yo nos hemos vuelto cercanas, la única amiga real que he tenido. Si bien nos separan unos años no fue impedimento para que la amistad surgiera entre nosotras. Amistad. Palabra que desearía se transformara en algo más. Porque desde hace tiempo me he dado cuenta que deseo que Lexa y yo seamos algo mucho más que solo amigas.

La paz y tranquilidad en Polis dieron paso a que partes de mi que no conocía despertaran. El interés romántico y sexual ha ido en ascenso. Especialmente por ella. Inocentemente, me encuentro pensando en sus labios y como sería besarlos. Si el sentimiento es mutuo. Si ella también siente las mariposas que yo siento. Si ella también piensa en mí todo el día. Si ella también me ve como algo más.

Nunca he tenido la valentía de confesarle el nuevo sentimiento que ha despertado en mí. Siento tanta obsesión hacia ella, que hasta podría afirmar que la amo. Mi primer crush y amor. Ese que deseamos desesperadamente que sea correspondido. Y por eso me siento morir cada vez que afirma nuestra amistad. Diciéndolo tan segura, sin rastro en su voz de deseo que no solo fuera eso. Porque a sus ojos, debo seguir siendo una niña. Esa niña que aún tiene pesadillas por lo ocurrido en la montaña.

No me malinterpreten, aun las tengo. Pero he cambiado. Madurado. Física y mentalmente. Aprieto los ojos para ahuyentar la humedad de estos. Ella sabrá que algo va mal y no tendré más opción que contarle. Cuando los abro, siento su mirada sobre mi. Muevo la cabeza hacia ella y me sonríe.

-Mañana es nuestro día libre. ¿Iremos al lago como siempre?- Pregunto susurrando.

Hace una mueca y evade mi mirada.- De hecho ya tengo planes. Con alguien más...- Susurra muy bajito lo último, como no queriendo que lo escuche.

Mi corazón se estruja y debo contener las lágrimas.- Seguro. No hay problema. La próxima será.- Le regalo una sonrisa que ambas sabemos que es falsa, y vuelvo a centrar mi atención en la puesta del sol.

Débil por ti - ClexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora