30

1.4K 168 308
                                    

El abrazo duró unos cuantos minutos. Estaban asustados y necesitaban el apoyo del otro.

Victoria se aseguró de abrazar y dejar un beso en la frente de cada chico. Estaba temblando, pero sentía que debía estar ahí para todos ellos.

Se separó un poco de Yeonjun, tomándolo por los hombros para inspeccionarlo con la mirada. Su mano tomando el mentón del jóven para revisar las heridas en sus pómulos y luego el corte en su cuello.

—Me asustaste mucho.—dijo de manera que sólo él la escuchara.

El soltó una risa adolorida.

—¿Crees que tú a mí no?—cuestionó el peliazul. Su mirada fija en los moretones en la barbilla y la mejilla de la castaña.

Ella lo escuchó a la perfección sólo decidió ignorarlo y fijarse en el resto.

—¿Están todos bien?—preguntó. Todos giraron de inmediato a verla, ella los miró de arriba abajo, buscando heridas y golpes pero para su alivio tenían muy pocos.

Sus amigos asintieron y sólo al verlos todos ahí pudo soltar el aire que había estado conteniendo.

‹‹Están bien››

Victoria puso un pie en el piso para ponerse de pie con cuidado. Sin duda Seulgi sabía pelear pues su encuentro la había dejado bastante resentida.

Siseó al sentir ardor en sus rodillas raspadas, al igual que las palmas de sus manos. Frunció los labios pensando en que debía aguantarse un poco pues todavía debían volver a casa, estar en el bosque era estar expuesto a los infectados y sus atacantes estaban noqueados, no muertos.

El coro de gritos ahogados de los infectados en el bosque no tardó en oírse. Atraídos por el ruido del disparo se acercaban al claro. Los jóvenes fueron traídos de vuelta a la realidad. El peligro no había acabado.

Victoria se dió la vuelta y girando la cabeza analizó sus alrededores. Junto a las raíces de un pino alto se encontraba la pistola con la que Seulgi la amenazó. Se acercó a paso lento, cojeando un poco con su pierna derecha y la tomó.

También tomó el machete de Yeonjun y se lo dió a Soobin.

—Ok...—después de que comenzara a hablar, la atención de todos los chicos se centró en ella—...esto es lo que vamos a hacer.

No tomó mucho tiempo para que los compañeros de Kun despertaran. De hecho fue una fortuna para los jóvenes que despertaran casi al mismo tiempo con los pequeños toques que les dieron a sus mejillas.

Los habían puesto con las espaldas contra unos troncos. Se pusieron frente a ellos sosteniendo las armas en sus manos.

Victoria puso la punta del filo de su katana al cuello de Seulgi, el arma de fuego guardada en el borde de su pantalón. Soobin sostenía el machete de su hyung en una mano y el bate con alambre de púas de Johnny en la otra. Taehyun había tomado el hacha y había puesto el bate de Soobin en las temblorosas manos de su mejor amigo. Yeonjun, quién se apoyaba de su hermano menor para permanecer de pie, había tomado la pistola que Beomgyu había empleado.

Los aterradores sonidos provenientes de las gargantas de los infectados cada vez se oían más cerca, así que la chica decidió no perder el tiempo y aprovechar la adrenalina que aún corría sus venas.

Seulgi hizo ademán de decir algo pero la castaña la interrumpió. Ya para ese momento se habían percatado del cadáver de Kun a unos metros y sus expresiones por supuesto no eran felices.

—Hicimos lo que debimos hacer para salvar a los nuestros...—comenzó. Sus respiraciones agitadas a pesar de que la confrontación ya había ocurrido hacía varios minutos—...les sugiero que hagan lo mismo.—tragó rápido y se inclinó hacia ellos para que pudieran oírla con claridad—Les perdonamos esta vez y los dejamos ir. Pero si traicionan nuestra decisión e intentan algo contra nosotros de nuevo, no les perdonaremos la vida dos veces.—hizo ademán de seguir caminando, pero se detuvo para agregar—Otra cosa es que los infectados no lo hagan.

𝗔𝗣𝗢𝗖𝗔𝗟𝗜𝗣𝗦𝗜𝗦  | T᙭Tحيث تعيش القصص. اكتشف الآن