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—¿Te he dejado sin palabras, Choi Yeonjun?

La pregunta quedó en el aire mientras el mencionado admiraba la vista frente a él.

Su elección había sido un vestido rojo, con falda corta al vuelo y transparencias rosa pálido en los costados y las mangas.

Las ondas de su cabello eran naturales y caían a los costados de su rostro, el cuál se había encargado de resaltar con un poco de maquillaje. Nada muy extravagante, pero sí diferente.

En cuanto a los zapatos, traía unas bailarinas bajas color piel lustroso para mantener su comodidad.

«Se ve hermosa» fue lo único que pensó cuando se atrevió a verla de nuevo a los ojos.

—Te ves-...te ves—balbuceó, boqueando como pez fuera del agua.

La chica se sonrojó ante su falta de elocuencia, sintiéndose escrutinada por los ojos afilados.

Lovely—dijo por fin—You look lovely.

Sus palabras la hicieron alzar la mirada de nuevo. Dichas en inglés, su idioma natal, sonaban mil veces más valiosas para ella.

Un acto considerado, pensó.

Yeonjun pensó que, aquel cumplido debía de entenderlo de primera mano, sin necesidad de traducirlo en su mente. Que cada vez que recordara ese momento, pensara en la palabra y en lo mucho que el deseaba que lo entendiera.

—Oh—soltó una risita, cubriéndose los labios con los dedos por timidez—E-eres muy dulce—sonrió—Tu te ves muy... Muy guapo.

El peliazul alzó las cejas, agradecido por el cumplido. Poniéndose un poco nervioso por sus palabras.

Estaba acostumbrado a esos cumplidos, pero por alguna razón viniendo de ella su pecho se llenaba de una calidez agradable.

Antes de que su silencio se tornara incómodo, el mayor le ofreció su brazo a la castaña, quién lo tomó vacilante.

—¿Nos vamos?

Victoria asintió, dejándose guiar por su novio.

Sus pasos los dirigieron a la azotea, pero antes de que pudiera subir las escaleras, su acompañante se detuvo frente a ella, impidiéndole pasar.

—¿Que sucede?—cuestionó en medio de su desconcierto.

—Antes de subir, debo pedirte que me dejes cubrir tus ojos—explicó.

Ella rió con incredulidad, pero cuando se fijó en que la expresión del joven no cambiaba supo que era enserio.

—¿Es... es enserio?

El hermano de Kai asintió, muy seguro.

—¿Qué estás tramando, Yeonjun?

Él la tomó de los hombros y se posicionó justo detrás para empezar a acercar sus manos a los párpados contrarios.

—Nada que no vaya a gustarte—aseguró.

—Suenas muy seguro de eso—señaló la estadounidense, dejándose hacer bajo el tacto de su pareja.

—Porque lo estoy—su voz no flaqueó—. ¿No te dije que yo me encargaría de todo?

—Sí, eso hiciste. Pero eso no quita que esté algo nerviosa.

Con sus manos ya sobre los ojos de la chica.

—Tú tranquila que no arruinaré tu maquillaje. ¿Dónde quedó lo de "confío en tí con mi vida"?

𝗔𝗣𝗢𝗖𝗔𝗟𝗜𝗣𝗦𝗜𝗦  | T᙭TWhere stories live. Discover now