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La puerta de la habitación se cerró tras su espalda. Los ojos castaños que lo miraban con un brillo especial lo recibieron con una sonrisa, que él no pudo evitar que se le contagiara.

Sus manos volvieron a atrapar el rostro en frente de sí y sus labios no tardaron en apegarse a los contrarios de nuevo. Cuando la sintió sonreír entre besos el cosquilleo en su estómago solo lo impulsó a más.

Trastabillaron entre risas hasta que las pantorrillas de la chica golpearon la cama haciéndola caer hacia atrás con él sobre ella.

¡Ay!

Auch... Perdón—dijo el peliazul apoyando sus palmas contra el colchón con dificultad y alzándose para dejarse caer recostado de espaldas al lado de la joven.

—Creo que mejor...—empezó a decir la castaña, Yeonjun llevó su mirada a la derecha, oyéndola atentamente.—...nos lo tomamos con calma. 

El mayor alzó una ceja.

—No lo sé, no creo que pueda...—se apoyó en su costado—¿Sabes? Cuándo uno pasa mucho tiempo queriendo algo... Es difícil separarse una vez que lo tienes.—su mano se acercó lentamente hasta el mentón de la estadounidense, con delicadeza dirigió su rostro al suyo.

Iba a inclinarse más hacia ella pero el dolor en su costado lo detuvo.

Agh—gruñó, volviéndose a recostar sobre su espalda—Quizás tengas razón... Hay que tomárnoslo con calma.

El silencio volvió a instaurarse en la habitación mientras ambos permanecían recostados en la cama.

‹‹Esta es la segunda vez que estás en su habitación...››

Aquel pensamiento hizo que la castaña abriera sus ojos exageradamente y el sentimiento de incomodidad fuera visible a través de su lenguaje corporal.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

Yeonjun estaba perdido en las facciones contrarias cuando notó el cambio de comportamiento.

—Nada. Es sólo que...—Victoria se apresuró a negar.

—¿Qué? No puede ser nada. ¿Por qué esa cara?—volvió a apoyarse en su costado, está vez con cuidado. Ya quería que el dolor desapareciera, parecía que lo único que había hecho desde que toda esa crisis había comenzado era aguantar golpizas.

—Es algo estúpido...

—Pues no parece ser estúpido.—insistió.—Dime.

Victoria apartó su mirada del techo blanco y la posó en él. Su frente se hallaba levemente fruncida, haciendo claro que sí había algo que la molestaba.

Soltó un poco de aire por la boca.

—Yeonjun, ¿qué vamos a hacer?—preguntó en voz muy baja. El único oído completamente funcional del mayor tuvo que hacer un gran esfuerzo para captar sus palabras.

—¿Con qué?

—Con...—movió las manos buscando las palabras correctas—...esto.

—¿Esto...?—frunció el ceño fingiendo demencia. No era que no sabía a qué se refería, sino que quería saber que era lo que ella diría.

—Con nosotros.—elaboró por fin.

—Me gusta como suena eso.—pasó sus brazos por detrás de su cabeza—Nosotros.

—¡Yeonjun!

—Ya, ya. Perdón.—dijo con gracia.

Ella relajó el rostro. Enfocándose en como las facciones del rostro del chico eran iluminadas por los relámpagos afuera.

𝗔𝗣𝗢𝗖𝗔𝗟𝗜𝗣𝗦𝗜𝗦  | T᙭TWhere stories live. Discover now