━ Aunque la pequeña e introvertida niña este sufriendo, de su boca no saldría ninguna palabra, porque está herida.
Dónde después de una dolorosa muerte la vida de Seo Yewoo cambia para mal, y trata de encargarse de todos los problemas que su her...
— Entonces prefieres el choco-menta a el helado de vainilla. — Yewoo sólo observaba como la extrovertida chica hablaba hacía la nada, aunque en realidad Dahyun estaba hablando con ella. La de flequillo no contestó, pero pasó desapercibido por la chica castaña que siguió hablando como si nada. — A Yeonjun no le gusta el choco-menta, la verdad no sé por qué a medio corea del sur no le agrada ese sabor, ¡Es delicioso!
Yewoo alzó la comisura de su labio a una pequeña sonrisa. Ella pensaba lo mismo desde que descubrió el helado de choco-menta y se dió cuenta de que a su hermana no le gustaba.
— ¿Verdad? — Habló ella por lo bajo lo que hizo que Dahyun le mirara con una sonrisa, asintió varias veces. — Tenía a alguien que no le gustaba y aunque le preguntara el por qué nunca me contestaba.
— De seguro es porque nunca lo probaron.
Yewoo negó con la cabeza varías veces sin poder superar que ella y la nueva chica tuvieran algo en común, aunque sólo fuera un pensamiento algo estúpido.
Recordaba que un día obligó a Soodam a comer una cucharada de helado de choco-menta y al día siguiente estuvo vomitando. Un extraño recuerdo que nunca olvidaría y se haría presente cada momento en el que Yewoo comiera helado.
— ¿Sabes algo? — de nuevo, la voz de Dahyun la sacó de sus pensamientos. La castaña tenía una mueca que decía que estaba planeando algo malvado. — Tenemos pruebas de helados en una bandeja, yo se las doy las personas que pasan por la calle, y algunas veces me como un poco de las muestras...
— Eso es divertido. — comentó. El cuerpo de Dahyun se levantó de la silla donde se encontraban y fue corriendo hasta desaparecer por una puerta. — Ella es divertida...
Yewoo pensaba haber encontrado a una amiga, la primera que tenía, solamente que tenía miedo de echar a perder lo poco de confianza que ya habían construido, o bueno, que Dahyun construyó. No quería hablar por lo mismo, prefería escuchar lo que Dahyun tenía para decirle y así no romper la poca probabilidad que tenía.
— Que bueno que no te fuiste. — Dahyun regresó con la bandeja llena de pequeños platos dónde había helado de diferentes sabores. — Aquí hay de vainilla, chocolate, fresa, choco-menta, de algodón de azúcar y no sé qué más... Agarra cualquiera. — Yewoo alzó una ceja, ¿No la regañarían por hacer esto? — Sólo no le digas a Yeonjun que te dí, tampoco le digas que yo también he comido. — avisó con un puchero: — Él me regañará, así que es mejor que no se lo digas, es nuestro secreto, ¿Está bien?
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Ni-ki reía de las tonterías que su amigo decía y Junghwan era un estúpido sin remedio.
Había decidido despegarse un poco de sus amigos y salir con personas de su edad. Ni-ki era muy selectivo con su grupo de amigos y, aunque tuviera la oportunidad de hacer muchos amigos en la escuela (por su nacionalidad y su rostro) siempre elegía a los que sentía que fueran leales y buenas personas.
