O.16

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— ¿Me vas a decir por qué estuviste todo el día con cara de tonta? — Dahyun habló una vez pudo encontrar a su amiga en la cafetería. Yewoo se veía afectada por algo, su mirada estaba perdida, sus mejillas se ponían rojas en cualquier momento y, lo más importante: mantenía una sonrisa de boba en su rostro.

La castaña bufó al ver que la pelinegra no le había prestado la más mínima atención.

— ¡Házme caso! — gritó, golpeando su bandeja de comida en la mesa y fue ahí donde Yewoo volvió al planeta tierra.

— ¿Qué pasó? — frunció sus labios.— ¿Por qué llegas así?

— Te pregunté el porqué tienes cara de tonta hoy. — Yewoo alzó sus cejas al ser ofendida. No sabía que se veía tan así, ¿Acaso los siete chicos ya la habían visto de esa forma? Se sintió avergonzada de repente. Esperaba que no.

Para poner contexto, todo era por culpa de Ni-ki. Ese chico la tenía fuera de sus cables, mantenía sus tornillos sueltos y su mente en el aire. El momento que pasaron juntos fue lindo, romántico más bien, le recordó a una canción que su madre le cantaba desde que estaba pequeña. Suspiró otra vez. Su mente no paraba de repetir todo lo que hicieron juntos. Solamente fue un pequeño recorrido bajo un paraguas, bajo la torrencial lluvia, hombro con hombro... Y un silencio para nada incómodo. Después comieron salchichas, jugaron Uno y los padres del chico pasaron por él.

Estaba muy ilusionada con ese japonés, tanto que le daba un poco de miedo. Aunque entendía un poco el estar siempre con él en mente: era su primer amor. Sólo él. Claro, Soobin le trataba bien y era el prototipo perfecto de un primer amor, pero definitivamente, el que se gana ese puesto en el corazón de Yewoo es Ni-ki.

— ¿Qué le pasa, Pinkie Pie?

— No sé, ella solamente se fue de aquí espiritualmente.

— Oh, es raro. — Ni-ki sonrió, sabiendo perfectamente lo que le ocurría a aquella pelinegra.

Porque a él le pasaba exactamente lo mismo.

El rubio caminó alrededor de la mesa bajo la mirada de siete adolescentes, paró al estar frente a la pequeña espalda de la chica cubierta por su larga y sedosa cabellera. Sonrió, estaba a punto de hacer una travesura. Una que haría que su corazón aleteara con fuerza, pero al fin y al cabo cumpliría con si propósito. Corrió levemente el lado izquierdo de su cabello, muy lento que Yewoo aún no se daba cuenta de la pesada respiración en su cuello, una vez que la nuca de la chica estuviera descubierta, Ni-ki se acercó un poco más logrando sentir el olor del perfume floral que emanaba de su piel. Se deleitó todo lo que pudo en esos cortos segundos y después sopló con fuerza sobre la carne.

Eso fue un alerta para Yewoo, la cual nunca, pero nunca había tenido un tipo de acercamiento como este tipo.

Saltó de su lugar y volteó con rapidez para fijarse de quién le había hecho aquello, pero al voltear su rostro quedó muy cerca del de Ni-ki. Cómo si fuera cámara lenta, los dos se sostuvieron las miradas creando un ambiente para nada incómodo, en realidad, todos fuera de la burbuja de amor entre el rubio y la pelinegra observaban todo como si fuera una serie juvenil de amor. Se veían tan tiernos. La manzana de Adam del japonés se movió lentamente, tragando saliva. Yewoo no se contuvo y miró aquél movimiento, inmediatamente imitandolo.

¿Había cómo qué algo de calor, no? ¿Por qué las mejillas de ambos estaban rojas?

— Estás muy cerca. — dijo en voz baja el chico, para que sólo ellos se escucharan.

— Tú eres el que se acercó a mi. D-Devuélveme mi espacio personal, por favor. — No pudo con la batalla y bajó su mirada hasta los labios del chico. Fue imposible no verlos. Estaban levemente húmedos, él había pasado su lengua encima de ellos para humedecerlos. Oh no, se sentía una pervertida. Así no se veían las chicas en las series que ella veía. — Vete.

Alzó sus manos y las colocó en los hombros del chico, totalmente avergonzada, empujó de él hacía atrás, quitándoselo de encima.

Volvió a respirar.

Sunoo alzó su ceja: — ¿Esto fue algo incómodo, no? — entrecerró sus ojos, pensando en cosas que no debía.

— ¿De qué hablas? — Ni-ki negó con su cabeza, pasando las palmas de sus manos encima de sus piernas, secándose el sudor que comenzaba a sentirse. — Solamente la asusté.

— Sí que lo lograste, eh. — Jay sonrió, este ya se hacía historia de lo que pasaba entre ellos dos y estaba felíz de su amigo.

Lentamente, en el corazón de Ni-ki comenzaba a hacerse un pequeño espacio, solamente para una persona.

Y esa era Yewoo.

— ¿Puedo hablar contigo? — Soobin le habló a la pelinegra cuando cruzó la puerta de la cancha

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— ¿Puedo hablar contigo? — Soobin le habló a la pelinegra cuando cruzó la puerta de la cancha. Ella sonrió un poco y asintió con la cabeza.

Comenzó a caminar hacía el chico alto y mirándolo bien, algo del mandón capitán del grupo de atletismo ya no estaba ahí. En cambio, un pequeño conejito perdido había tomado su lugar. Se veía tierno, fijando su mirada en todas las esquinas que pudiera, jugando con sus dedos y alzando las comisuras de sus labios.

— Hola, Soobin, digo, entrenador. — hizo una seña militar. Yewoo en los últimos había dejado de ser tan introvertida. Unos días quería ser como Jake, otros como Sunoo, como Jungwon, como Ni-ki, como Heeseung, como todos sus nuevos amigos, en realidad. La mayoría de ellos eran extrovertidos con ella y eso le daba seguridad. Ahora ella les quería dar seguridad a ellos, por eso sería un poco igual a ellos. — ¿Sobre qué quiere hablar con esta humilde servidora?

Soobin sonrió, soltando una pequeña risa:

— Bueno yo... No es nada del entrenamiento y eso. — abrió sus ojos con miedo. — N-No es que lo estés haciendo mal, de hecho eres de las mejores p-pero lo que quiero decirte no es sobre eso. Es... Personal. — tragó saliva varias veces, entonces Yewoo no supo que hacer o qué decir. Estaba algo confundida pues nunca había hablado sobre otra cosa con ese chico que no fuera sobre el entrenamiento.

— Entonces...

— Salgamos... Tú y yo, hoy al cine. ¿Quieres ir? — inmediatamente bajó su mirada, con temor al rechazo, pero la inocente sonrisa de Yewoo hizo que una pequeña esperanza naciera en su corazón.

— Claro, ¿Qué película veremos? — preguntó, tratando de acordarse cuáles había visto en cartelera. — Sólo déjame pedirle algo de dinero a mi mamá.

Y de nuevo, el cuerpo de un japonés rubio hacía su recorrido por ese lugar. Solamente porque le quedaba cerca de donde iba, pero ver a la pelinegra totalmente tranquila y a ese castaño bien nervioso le hizo acercarse aún más y poder escuchar su plática.

No.

No podía ser posible.

Yewoo tendría su primera cita con Soobin...

Entonces Ni-ki sintió envidia por ese chico, porque él quería ser el primero en invitarla a salir.

only you ↺ n. ni-ki.Where stories live. Discover now