Final

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— Es mejor que leas la carta. — El pelirosa se la extendió con temor y ella se la arrebató rápidamente rompiendo el empaque para leer lo que tenía dentro.

Soy un estúpido.
Me debes seguramente de odiar y lo entiendo, yo me odio de igual forma, no sabes cuánto.

Debes que entender que, aunque parezca que soy alguien muy malo deste tu punto de vista, esto lo hice por tu bien y porque mis inseguridades son más fuertes que yo. Eso es malo y no quiero que veas las veces en las que lloro y en las que quiero golpearme a mi mismo. Eres talentosa, quieras estudiar fotografía, estar en el equipo de atletismo más famoso del mundo, siempre vas a sobre salir porque eres buena en ello y te gusta hacerlo.

Como puedes ver yo no soy igual. Prefiero que te vayas y triunfes a qué te quedes aquí viéndome a mi hundirme en mis pensamientos. Hablé con mis padres, fue imposible ocultarles lo que pasaba porque me estaba presionando a mi mismo tanto, que tuve un ataque de ansiedad, fue el primero y espero que sea el último, pero algo dentro de mí dice que no. Trato de no pensar en eso, estoy poniendo mi esfuerzo en ello, y lo lograré, debo de sí alguna vez me paro frente a ti en algún futuro lejano.

Mamá dice que a lo mejor es porque necesito descansar de la presión, Seúl ya no es un buen lugar para mí, no en este momento tal vez, así que iré a mi casa, a mi hogar.

Me despedí de mis amigos, solamente faltabas tu, pero tampoco tengo el valor de pararme frente a ti y decirte que me iré a Okayama unos meses.

Te doy un consejo: vete de aquí y ve a Nueva York, pateale el trasero a los estadounidenses que te traten mal.

Algún día nos veremos y nos reiremos de lo estúpidos que fuimos.

Te amo, te quiero y te adoro.

Con mucho amor; Riki

La hoja fue recibida por el suelo de la habitación y pisoteada por los zapatos de la pelinegra bajo la mirada de los seis chicos.

— No... — sintió miles de lágrimas caer de sus ojos hasta sus mejillas y perderse en alguna parte de su cuello. Todos se levantaron de un brinco al verla caminar como loca, buscando algo por todo el lugar. — No se puede ir así, no ahora, ¡No es verdad! ¡Esto no es verdad! ¡Nada es verdad! 

Se comenzó a alterar y a alzar al voz, tanto que sus padres tuvieron que subir a verla y la imagen que encontraron no era linda. Odiaron con su alma ver en los ojos de su única hija algo de desesperación, y llenos de tristeza.

— ¿¡Dónde está!? — hizo berrinche como una niña al no encontrar lo que pasaba. Jake se trató de acercarse pero se esquivado por Yewoo.

Caminó por el lugar y salió corriendo de su casa, evitando a todos con lágrimas en su rostro.

No, esto no podía ser verdad, otra persona que la dejaba para irse y dejarla sola. Se despidieron con una carta, eso era todo. No. No se puede terminar esto así. No para ella, no se lo merecía.

Caminó por todas las calles, observando como el sol comenzaría a ocultarse pero sin importar corría todo lo que podía para llegar a la casa de Ni-ki, esperando que no fuera demasiado tarde. Había demasiado frío, pero eso no le importaba a la pelinegra pues se paseaba con un short y una blusa como si estuviera en pleno verano. Yewoo corría con un papel en la mano, un dibujo, el mismo que ella había hecho cuando era pequeña y nunca sacó del baúl.

Se lo tenía que dar.

— ¡Ni-ki! — gritó al ver justamente frente a su casa, el carro de sus padres, se encontraban subiendo las últimas cosas para la mudanza, pero él al ver a Yewoo ahí, negó con la cabeza mientras la veía correr hasta estar frente a él.

Pero no pudo.

No pudo porque en ese mismo instante él se subió al auto, observando como su madre cerraba con llave su antigua casa y como se subía para que su padre arrancara, haciendo que el auto comenzara a avanzar.

Detrás de ella venía la multitud de ocho personas, los amigos de Yewoo: Jake, Jay, Sunghoon, Jungwon, Heeseung y Sunoo, más sus padres. Habían conducido hasta ahí, siguiéndola hasta que la perdieron, pero de inmediato supieron a dónde iba.

La imagen era digna de un drama.

El auto comenzó a moverse más lejos, pero eso no detuvo a Yewoo que continuó corriendo tratando de alcanzarles.

— ¡Ni-ki! ¡Detente, por favor! — gritaba demasiado algo, haciendo que sus pulmones desfallecieran de aire y pidieran este a gritos, pero no pararía.

El auto arrancó aún más rápido, obligandola a correr más rápido de lo que podía hasta que sus piernas quemaran y su estómago doliera aún más, el sudor recorriendo su frente, pero ella aún así no paraba y seguiría adelante.

— ¡Sé que me estás escuchando, solamente deten el maldito auto! — Ni-ki, el cual veía por el espejo retrovisor todo el trabajo que hacía la pelinegra, cerró sus ojos dejando caer su espalda en el sillón.

Ya va a pasar, todo va a pasar. Se decía para animarse.

Las lágrimas volvieron al rostro de la chica, estorbandole en el camino, hasta que resbaló haciendo que cayera al suelo dejando libre la hoja con el hermoso dibujo que traía consigo. Se lastimó las rodillas pero no le dolían en es momento.

Le dolía más el corazón.

Fueron todos a verla de inmediato, mientras que sus padres le revisaban, ella no podía apartar la mirada del auto blanco que, poco a poco desaparecía de su vista.

Tenía que seguirá con su vida.

¿Así que este sería el final de todo?
































Hola









No me peguen










Hay epílogo ntp, besos espero que les haya gustado. ❤️❤️❤️❤️❤️☺️☺️🙈

only you ↺ n. ni-ki.Where stories live. Discover now