━ Aunque la pequeña e introvertida niña este sufriendo, de su boca no saldría ninguna palabra, porque está herida.
Dónde después de una dolorosa muerte la vida de Seo Yewoo cambia para mal, y trata de encargarse de todos los problemas que su her...
— No vuelvas a cantar, por favor. — Yewoo soltó una pequeña risa.
Su actuación en el karaoke fue mala, malísima. Cantó una canción del grupo femenino del momento: twice, y la verdad es que lo hizo muy mal. Esperaba que nadie, aparte de los chicos, le hayan escuchado.
Ahora mismo habían salido del lugar pues ya no querían pagar más horas ahí, tenían poco dinero en sus bolsillos por el momento. Yewoo dijo que si querían estar más horas ahí, ella podría pagarlo, pero los seis chicos se lo prohibieron. Caminaban por las solitarias calles de la ciudad. Era demasiado tarde para que jóvenes de su edad andaran por ahí, pero no les importaba. Yewoo estaba por delante de todos, a sus lados tenía a Heeseung y a Sunghoon, cuidándole los lados como guardaespaldas. Ni-ki junto a Jungwon se encontraban detrás de los anteriores. El primero con la mirada fija en la mano de Heeseung la cual había acariciado la cabeza de la pelinegra, y el segundo perdido en su mundo. Jay, Sunoo y Jake venían hasta lo último, hablando entre ellos.
— ¿A dónde vamos ahora? — la única chica del grupo, preguntó sin titubeos.
— ¿A dónde más quieres ir, eh? — Sunghoon codeó a la más pequeña mientras alzaba una ceja, juguetón. — Pasaste toda la tarde con nosotros. ¿Quieres aún más?
Yewoo se sintió avergonzada. No quería aceptar en voz alta que la salida se sentía mejor de lo que había pensado, no quería regresar a casa aún. Lo que estaba pasando era como un sueño, aún no quería llegar a su casa y darse un golpe duro con la realidad. Bajó su cabeza, escondiéndose de las miradas que seguramente le daban, pero recordó que Sunoo había dicho algo de un lugar secreto.
— Bueno, en realidad Sunoo dijo que iríamos a un lugar secreto. — soltó mientras el grupo seguía caminando. — No sé que tan real sea eso...
De repente sintió como su cabeza era empujada hacía al frente con suavidad.
— Tonta, solamente estaban jugando contigo. — la voz de Ni-ki no tuvo que faltar, y más el tono burlón del que tanto estaba acostumbrada. Yewoo miró de reojo al chico detrás suyo.
— ¿De verdad? ¿Entonces aún no voy a mi casa? — lamentablemente, lo último se escuchó más como afirmación y con abismos de felicidad. Algo que no pasó desapercibido por el grupo.
— ¿Así que no te quieres despegar de nosotros, no? — Jake preguntó mientras alzaba sus cejas. Después sonrió. — Ya sabía yo que le ibas a tomar gusto a nuestras salidas.
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El lugar secreto era un lugar algo apartado de la ciudad. Era un terreno baldío y tranquilo, las sombras de los árboles y los arbustos jugaban con su mente, le hacía tener miedo, pero nada que no pudiera controlar.
Más al fondo del lugar, había un gran hueco por en el suelo. Los bordes azules un poco sucios por la tierra suelta del terreno y el hondo de esta, daba a comprender que aquél lugar era un área destinada a un balneario, o un terreno donde habría piscina.
