Rosé, una máster en negocios, está acostumbrada a tener todo y a todos bajo su control junto a su socia y mejor amiga: Jennie. Con un chasquido de dedos, Rosé consigue todo lo que quiere. Sin embargo, su vida comenzará a cambiar cuando tenga que com...
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Domingo en la tarde noche.
En el departamento.
— ¿Vieron sus caras? Estaban felices cuando les dijimos —la primera en entrar al departamento y tirarse al sillón fue Jisoo.
Se habían levantado muy temprano para ir a despertar a los chicos del convento con un desayuno sorpresa; cortesía de Minho y Haneul Park, y se quedaron durante todo el día hasta que la Hermana Ana las echó.
—Beth no lo podía creer, preguntó si era cierto como veinte veces y cuando la hermana Ana se lo confirmó, saltaba en la cama —Rosé siguió a su amiga en el sillón.
—Sí, ella y Liz. ¿Cuál de las dos saltaba más alto? —preguntó Jisoo, mirando a su amiga.
Rosé sonrió sin darse cuenta mientras recordaba los saltos en la cama de Beth y Lisa.
—Es cierto...
La verdad era que, desde que Minho consiguió por medio de sus contactos el permiso para que tanto Beth como Sophie pasaran un fin de semana en el departamento que habitaban las cuatro chicas, lo único que la empresaria había hecho era imaginar la cara de Lisa cuando lo supiera. Tanto Jisoo como ella, y hasta la misma Jennie, habían decidido que lo mejor era decírselo a las tres juntas y así fue. Antes de irse del hogar lo hicieron y el número de risas que soltó Rosé fue incomparable con la cantidad de veces que Lisa la abrazó en agradecimiento.
—Me gusta tu cara cuando piensas en Lisa —soltó Jisoo.
Rosé solo la miró.
—¿Qué cara? —preguntó, haciéndose la tonta.
—Cara de boba, es una cara que nunca antes te había visto poner —contestó.
Lejos de cambiar de tema, Rosé decidió ser sincera.
—No sé qué me pasa con ella, Jichu...
—¿Estás segura? —le refutó la bailarina—. Yo creo que sí lo sabes —le dijo.
La empresaria sacudió su cabeza.
—Jennie tiene razón, somos muy diferentes, tenemos vidas diferentes. Nosotras nos vamos dentro de poco...
— ¿En serio, Rosé? —la bailarina la miraba seriamente—. ¿De verdad vas a seguir los consejos de alguien que está tan aterrada de tener una relación que todas las noches se inventa una enfermedad distinta para que me quede con ella en vez de dejarme salir con Jackson?
Rosé rio cuando se acordó de la supuesta "clítoritis" que Jennie se había inventado la noche anterior para evitar que Jisoo saliera con el tatuador. La surcoreana alegaba que su supuesta falta de sexo estaba ocasionando que su clítoris se apachurrara y perdiera vida. Cuando Jisoo le recordó que el día anterior la había visto salir del departamento de la vecina del primer piso, Jennie tuvo que cerrar la boca y aceptar la salida de su ex amante.
