Capítulo 21: "Tres citas y un desplante".

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Día de la cita.

Por la tarde en el departamento.

—¿De qué te ríes? —para sorpresa de Rosé, Jisoo entraba por la puerta del departamento riendo a carcajada limpia—. Pensé que tenías una academia de danzas por dirigir y que tenías cosas importantes que hacer.

Ella misma había decidido trabajar solo en la mañana porque quería prepararse para su cita con Lisa y porque de nada servía estar en su oficina mirando al techo si en lo único que podía pensar era en la pelinegra, en la mirada de la pelinegra, en los tatuajes de la pelinegra y en la boca de la pelinegra haciendo cosas en ella, y en Lisa escondiéndose en su cuello, y en el pene duro de Lisa sobre ella. En fin, decidió tomarse la tarde libre. Planeaba hacerse una máscara de pepinillos, relajarse en el jacuzzi, depilarse; no porque pensara acostarse con Lisa, pero, de todas maneras, siempre es bueno estar lista. En fin, Rosé quería entrar en estado de cita total y disfrutar de la tranquilidad de un departamento sin sus amigas. En realidad, técnicamente hablando no era por Jisoo, ya que ella no la que la molestaba, sino más bien por Jennie, pero Rosé sabía que la bailarina era el punto de irritación de Jennie así que si no estaban las dos su tarde pre cita se iba a hacer más llevadera. Desgraciadamente sus planes se arruinaron cuando la bailarina entró al departamento muriendo de la risa.

Rosé esperaba una respuesta de la bailarina, pero cada vez que Jisoo intentaba hablar volvía a reírse sin parar. La chica terminó por tirarse en los sillones y Rosé la siguió con su mezcla lista para aplicar. Mientras esperaba a que la bailarina cesara su risa, con sus dedos se lo ponía en forma circular por todo su rostro. El último toque eran dos rodajas de pepinos sobre sus ojos.

—Oh Dios, déjame un poco —la bailarina tomó el recipiente y empezó a aplicarse lo que quedaba.

—¿Me vas a decir qué es tan gracioso? —ya era hora de que dejara el misterio.

Jisoo volvió a sonreír y por un segundo Rosé tuvo miedo que de volviera la risa imparable, pero esta vez la voz de la chica salió sin parar.

—Vengo de ver a Jackson —contó como si eso resolviera el enigma.

Rosé frunció el ceño cuando la chica nombró a su novio, todavía no superaba a la Jennie totalmente borracha que se encontró en su propia oficina cuando volvió de hablar con Lisa. Si no hubiera sido por la felicidad de la pelirroja probablemente Soojin estaría en la calle por haber dejado que Jennie acabara con las botellas de champagne. Lo que sí hizo fue llamar a Jisoo inmediatamente y preguntarle por qué Jennie no paraba de llorar y de balbucear que Jisoo ya no la amaba y que ahora iba a tener pequeños niños y toda clase de cosas que solo se le escuchan a la surcoreana cuando está pasada de alcohol. Si no hubiera sido porque la bailarina le empezó a contar que se había formado una nueva leyenda en el estudio de tatuajes llamada "los gritos de Rosé", de lo cual la pelirroja no estaba para nada avergonzada y porque Jisoo le contó de la broma de los chicos a Lisa acerca del cartel que le hicieron y de cómo Lisa los despidió a todos, lo más probable es que Rosé hubiera regañado a Jisoo por dejar a Jennie rodeada de botellas con la noticia de su noviazgo. Además, en cuanto la empresaria le contó de la cita con Lisa, la bailarina empezó a hacer todo tipo de planes entusiastas para que salieran en una cita de a cuatro, a elegir vestimenta para la pelirroja y a expresar su enorme felicidad que dejó un poco enterrado el tema de Jennie.

Esa noche la surcoreana no volvió al departamento y cuando, a la mañana siguiente, Rosé quiso entrar a la oficina de la chica recibió un enorme "vete de aquí" como respuesta. Normalmente la pelirroja hubiera insistido, es más, hubiera entrado igual, pero esta vez y con un muy buen criterio se alejó rumbo a su propia oficina. Solo le escribió más tarde para hacerle saber que se iba temprano y para contarle de su cita, la respuesta que recibió de la surcoreana le preocupó bastante a decir verdad.

NO SOY PARA TI / CHAELISA G!PWhere stories live. Discover now