Capítulo 16: La víbora y el mito.

2.4K 207 77
                                    


—¡¿Qué mierda?!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡¿Qué mierda?!

La luz natural del hermoso sol apuntaba directamente a su cara, alguien se había atrevido a abrir la ventana.

—¡Mamá! ¡¿Se puede saber qué haces?!

Una Rosé completamente despeinada y tratando de cubrirse los ojos había salido de entre las sábanas para despedazar a quién hubiera osado a despertarla. La empresaria agarró un almohadón para tirárselo a su madre, pero la señora Park lo esquivó con habilidad.

—No contrato a los chicos musculosos para que me entrenen en vano, hija mía —le explicó, esquivando el segundo almohadón.

—¡Pero, mamá! Tenemos.

¿Tenemos?

—Ya es hora de despertarse, Rosie. Es la una y el almuerzo va a estar listo dentro de poco —anunció con una voz melódica la mujer.

—Mamá, no tenemos quince años para que nos vengas a despertar para ir al colegio... —vaya a saber por qué la morena hablaba en plural. La cara de desconcierto de la morena mayor habló por si sola.

—¿Tenemos sueño? ¿A despertarlas? ¿A ti y a quién más? ¿Acaso dormiste con alguien, Rosé? A tu padre no le va a gustar nada —levantó su ceja mostrando que era una habilidad que se traspasaba de generación en generación.

Rosé frunció su ceño.

—Espera un momento... —giró su cabeza rápidamente inspeccionando la habitación en la que estaba—. Yo no me acosté en esta cama, me acosté en la del cuarto de invitados con... con Liz... ¡Lisa! —saltó de la cama más rápido de lo que su madre en su vida la había visto hacerlo.

—Si hubiera sabido que Lisa iba a hacer que te levantaras rápido, la hubiera levantado a ella primero —le dijo su madre aguantando la risa.

—No es gracioso mamá —protestó Rosé, buscando en su maleta algo para ponerse—. Esa maldita pelinegra tonta siempre se sale con la suya, le advertí que no me cambiara de cama.

Por lo poco que había visto, el día iba a estar hermoso para disfrutarlo en la piscina, así que tomó su traje de baño de color negro, que era su preferido y dejaba mucha piel al aire, porque iba a hacer sufrir a Lisa por desobedecerla una vez más. Se metió al baño para ducharse y cambiarse. Su madre la siguió, pero se quedó del otro lado.

Al parecer, Haneul iba a pasarse el día entero con su ceja levantada.

—No sabía que dormían juntas —fue una pregunta disfrazada de afirmación. La señora Park sintió ruidos en el baño y esperó paciente a que su hija saliera a responderle.

—No lo hacemos —contestó apenas salió—. Es decir, sí dormimos en la misma cama, pero solo dormimos y generalmente nos separa una montaña de almohadones —explicó todo lo que podía sin referirse al miembro de la pelinegra mientras se cubría el traje de baño con unos pantalones cortos y una sudadera blanca.

NO SOY PARA TI / CHAELISA G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora