Capítulo 32: La cuenta está empatada.

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Miércoles por la tarde.

Oficina de Rosé.

—¡Rosé! —Jennie entraba de golpe en la oficina de su socia, como ya era de costumbre. Un cierto nerviosismo en la surcoreana hacía saber que este no era un día cualquiera—. ¿Estás lista? — ¿Qué pasa? —se frenó en seco cuando vio al doctor personal de Rosé sacándole sangre a su amiga.

—La señorita Park no se siente bien y me pidió que llamara al médico —contestó una atenta Soojin.

Jennie frunció el ceño y se acercó a la morena, preocupada.

—¿Hay algún problema? ¿Tuviste otro mareo, Rosie? ¿Almorzaste? Jisoo me dijo que vigilara que comieras —indagó.

Rosé giró los ojos, era raro ver a Jennie preocupada por alguien, pero cuando lo estaba era verdaderamente escalofriante.

—Solo es rutinario, Jennie. No me he sentido muy bien estos días y el doctor Hudson piensa que puede ser algo que estoy comiendo y no me está haciendo bien —contó—. Y deja de ser tan chupa medias de Jisoo, ¿quieres? —la surcoreana estaba cumpliendo al pie de la letra su plan "rescatando el amor de Jisoo".

—¡Bien! —el doctor terminó la extracción y se aseguró de guardar todas sus pertenencias—. No se preocupe, señorita Kim. Según lo que la señorita Rosé me ha contado, estoy seguro de que es una simple indigestión junto a un posible cuadro de estrés y nervios —aseguró—. Por eso usamos estos análisis para un chequeo diario —agregó—. Los resultados van a estar para el viernes —agregó, tomando su ordenado maletín.

—Muchas gracias, doctor —lo saludó Rosé—. Soojin lo va a acompañar —el hombre asintió y siguió a la mujer hasta la puerta.

—Oye, Rosie, si quieres puedo hablar con la secretaria de George y pedirle que nos pasen la reunión para—

—¡Ni se te ocurra! —Rosé estaba lista—. Sabes que desde que llegamos a Nueva York tengo los ojos en ese negocio, no pienso dejar pasar la oportunidad —dijo mientras tomaba su cartera. Mientras Rosé estaba vestida con un impecable vestido negro, con su cabello en una cola alta de caballo, Jennie llevaba el cabello suelto y lo combinaba con un serio traje de mujer empresarial.

—Solo preguntaba para cumplir con el deber de amiga y porque Chu me obliga —se hizo la despreocupada—. Estuve repasando las cifras con Marcos —al parecer alguien había hecho un nuevo amigo— y se quedó sorprendido de mis números —y admirador—. Aunque cree que podemos apretarlo por el lado de los costos un poco más —Rosé sonrió ante esto, los Tiffany no tenían salida.

—De acuerdo. Dejo eso en tus manos —dijo mientras abría la puerta de su oficina para dejar pasar a su amiga.

—Soojin, ya sabes dónde voy a estar, ve preparando el champagne —dijo a su secretaria.

—Y avísale a Jisoo que pasaré a buscarla por el estudio de danzas —esta noche toca festejo parece.

—Por supuesto, señoritas. Mucha suerte —la secretaria las despidió con una sonrisa.

Más tarde.

Tiffany & Co.

—Por aquí, por favor —Lorena, la secretaria de George Tiffany las hacía pasar a la oficina del hombre—. El señor Tiffany va a estar con ustedes en unos segundos —les informó—. ¿Puedo traerles algo? —preguntó.

—Un café negro para mí —le dijo Jennie sin mirarla—. Bien caliente, si viene frío no se moleste en traerlo —agregó, exigente.

Rosé rechazó la oferta con un gesto de su mano y la secretaria salió del lugar.

NO SOY PARA TI / CHAELISA G!PWhere stories live. Discover now