C.4: La ejecución. Parte 2. (Notas de la autora)

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¡Hola, mis preciosísimos lectores! Mil disculpas por haber dejado de actualizar hace mucho. Lo que pasa, es que había registrado mi cuenta de wattpad con un correo que no existía jiji, y sí, tardé mucho en recuperarla, ya que había olvidado la contraseña y el correo falso. No lo hagan, compas. No está chido. Pero aquí estoy de nuevo, comprometida a terminar esta historia porque los quiero mucho. He estado leyendo sus comentarios y la verdad es que me han hecho reír muchísimo, créanme que sus opiniones son muy importantes para mí. Abrazos virtuales. En serio, gracias. 

                                                                                              ...

-¿¡Qué haces, sucio humano?! -Gritó Zim, sonrojado, claramente excitado, pues su miembro comenzaba a abultarse poco a poco...

 -¿Qué? ¿Acaso no acordamos algo tú y yo, Zim? Solo, s-solo estoy intentando dejarme llevar, no creas que es porque me gustes, es... investigación científica para mi tesis de ufología ¡Y nada más! -Gritó el ojicafé con rubor en sus mejillas, sintiéndose apenado por dejarse llevar por sus instintos. 

-Bueno, humano idiota. Tú tampoco me gustas, pero odio admitir que tú me haces calentar mi squeedly spooch y mira cómo me tienes. Eres un inepto, Dib apestoso. -Argumentó el alienígena tapándose su intimidad, ya que estaba completamente erecta. 

Unos cuantos segundos de tensión después, mientras ambos se veían fijamente, rascándose la cabeza con fuerza, procedieron a reír un poco. Comenzaron a tocar sus manos jugueteando un poco, hasta que Zim decidió tomar las riendas del momento. Tomó a Dib y besó con fuerza sus labios. 

En instantes todo volvía a ser tensión altamente sexual, ambos por fin estarían dejándose llevar por el deseo, con húmedos besos y toqueteos. Estarían pasando hacia la habitación del humano, entre caricias y agresivos impulsos de explorarse el uno al otro. 

-¿Estás seguro de seguir con esto, Dib-cabezón? -Preguntó Zim entre jadeos.

-Claro...

Después de la respuesta del ojicafé, Zim procedió a tumbarlo en su propia cama, subiéndose encima de él, sintiendo en sus posaderas el duro abultamiento del miembro de Dib, por lo que llevó al extraterrestre a moverse de atrás hacia adelante para provocarlo aún más. Se sabe que los irkens no se reproducen sexualmente, pero por alguna razón, éste irken sabía que el placer no sería exclusivo de la raza humana. 

-Por v-venus, Zim, por alguna razón esto se siente m-muy bien. -Dijo Dib entre suaves gemidos.

-Claro que se siente bien, terrícola inmundo, Zim sabe cómo despertar el hambre de los más idiotas. -Respondió el alienígena mientras seguía moviéndose encima del humano. 

Sin resistir más a los movimientos del extraterrestre, Dib lo tomó de la cintura y procedió a voltearlo, quedando por encima de él, teniendo ahora el poder de rozar sus genitales y tomar el control. Siendo en completo silencio, excepto los jadeos de ambos, que comenzaran a quitarse sus prendas...

Sexología Irken.Where stories live. Discover now