C.8. Bienvenido a casa.

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Era la mañana posterior a la noche en la que GIR se había quedado en casa de Dib, lo que preocuparía un poco al humano, pues éste esperaba a que en la madrugada apareciera el alienígena buscando "por casualidad" a su robot secuaz.

El humano, un poco aletargado, bajó desde su cuarto a la cocina, esperando tener dormido a GIR en el cuarto de su hermana, justo como lo había dejado. Bajaría por una taza de café, como acostumbraba a hacerlo diario. Pero escuchó clarito un "SHHH...", lo cual haría tomar el control remoto de su televisor para aventárselo a quién estuviese de intruso en su hogar. 

-¿¡QUIÉN ANDA AHÍ?! -Gritó el humano con voz mañanera. 

-¡HOLAAA! -Gritaría el robot con emoción desde la cocina. 

-¿Qué rayos?.. Pensé que estarías dormido, era un poco tarde cuando te dejé en la habitación de Gaz¡IM! H-hola, qué gusto verte por aquí. -Expresó el oji café mientras cubría parte de su rostro por el evidente rubor que se le estaba empezando a notar con exageración.

-Hola, buen día, humano cabezón, ¿Cómo se portó el pequeñín este? Ya lo regañé POR ESTARSE ESCAPANDO, digo... ¿Qué casualidad que llegase a parar por aquí, no? -Argumentó Zim fingiendo molestia, mientras veía de forma coqueta al humano. 

-¡MENTIRA, AMO, TÚ ME DIJISTE QUE HICIERA ESTO! -Respondió GIR molesto, mostrándose con rebeldía y un color rojo en sus ojos. 

-ABRE UNA SOLA VEZ MÁS ESA METÁLICA BOCA Y TE JURO QUE... -Aclara su garganta- Olvídalo... -Dijo Zim con su mano en la frente en señal de decepción. Sentía que eso era signo de debilidad ante su pareja sexual. 

-Zim... descuida, no me molesta, de hecho ¿Sabes algo? Me parece muy lindo, eh... ¿Te gustaría que charláramos en el laboratorio de mi padre? Es un lugar con tecnología de insonorización por si te preocupa este pequeño polizón... Digo -se acerca al peluquín de Zim, donde tenía escondidas sus antenas y susurra de forma coqueta.- Igual podríamos dejar a GIR viendo el televisor, tengo 600 canales, digo...

Sólo un recorrido de escalofríos salió del cuerpo de Zim, su cercanía a un órgano tan sensible como sus antenas le ponía nervioso. 

-S-sí, vamos Dib... -Expresó el oji magenta con tono de excitación. 

-GIR, ¿Te gusta la televisión, verdad? -Preguntó Dib con inocencia y calma. 

-¡SÍÍÍ! -Respondió el robot con emoción. 

-Toma el control remoto y ve, tienes más de 600 canales, si gustas ordenar algo, puedes tomar la tarjeta de crédito de... uh... de Gaz ¡Diviértete!

-SÍÍÍÍ, TELEVISIÓN Y GOLOSINAS, NO ME MOVERÉ EN AÑOS DE AQUÍ, GRACIAS CABEZÓN DIB. -Gritó con euforia mientras abrazaba al oji café. 

-Wow... GIR, eh... disfruta la tarde. -Comentó con una sonrisa mientras le acariciaba un poco la cabeza al robot. 

Mientras tanto, Zim y Dib se dirigían hacia el laboratorio del profesor Membrana, en el camino no habría intercambio de palabras entre los dos, sólo un par de miradas y gestos. 

-Bien, hemos llegado, deja cierro bien la puerta y entonces charlem... 

El humano habría sido interrumpido bruscamente por Zim, quien le habría plantado un beso, mientras éste fue correspondido con un abrazo apretadito por parte de Dib. 

Los dos no decían nada, sólo se besaban lentamente entre jadeos. 

-Dib, humano apestoso... Y-yo no he podido dejar de pensar en tí, todas las noches estás en mi cabeza, no te puedo sacar de ahí. -Argumentó el extraterrestre con jadeos y un tono sensual en su voz. 

Sexología Irken.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora