Capítulo 1: La exploración.

5.5K 374 287
                                    

—Gir, ha sido un largo tiempo desde que me he dedicado al cien porciento a hacer algo. Desde que mis más altísimos han desaparecido bajo el poder del Florpus, no ha tenido sentido alguno mi estadía en la tierra... -Confesó Zim amargamente sentado en el sofá observando el programa favorito de su asistente robot. 

Después de horas de silencio, sin nada qué hacer, Zim procedió al laboratorio subterráneo donde acostumbraba a pasar las tardes tratando de perfeccionar su maquinaria.

Como siempre, nada qué hacer, harto esto...

Interrumpiéndose a sí mismo, tomó un espejo indestructible que había caído al piso, producto de una falla mecánica de uno de los monitores de su computadora.

—Hey, ¿hace cuánto no observaba mi rostro en el espejo? -Cuestionándose a sí mismo con curiosidad y morbo.

Después de un par de minutos halagando su fino y suave rostro verde, procede a bajar el espejo para ver su traje magenta y lo bien que éste le quedaba.
Era extraño que un irken tomara tiempo para sí mismo, siempre su enfoque prioritario era la conquista de un planeta, pero jamás unos segundos de auto apreciación.

Uhmmm... lindas medias ¿no es así, Zim? -Se preguntó a sí mismo con deseo de ver algo más que su traje, tocando su plano trasero con sensualidad.

—¡¿qUÉ ES ESTO?! -Gritó intrigado al sentir que un abultamiento salía de su entrepierna, por lo que inmediatamente, bajó el espejo hacia esa zona.

Sin decir una sola palabra, bajó sus medias negras y observó el miembro saliente de su entrepierna con un aspecto exactamente igual al de su lengua: rosado, con líneas divisoras y bastante viscoso, pero con un tamaño más grande.

¿Qué es esto? Zim jamás había visto esta... cosa. -Argumentó confundido mientras tocaba su textura. —Agh, s-se siente muy bien, n-no sabía que tenía otra lengua. -Dijo entre jadeos.

Después de jurar que era su segunda lengua, la sujetó arqueando sus tres dedos, justo como un terrícola sujetaría su miembro para darse placer; resbaló su mano estremeciéndose por la extraña sensación, repitiendo varias veces entre jadeos y gemidos la acción.

Uh, n-necesito más de est... ¡AH, SÍ, ZIM, MALDITA SEA, LO HACES BIEN!

Dejándose llevar por la extrema lujuria del momento, aumentaba más su velocidad, hasta terminar en el que sería el primero de muchos orgasmos...

✿ ✿ ✿

La noche fue extraña para Zim y más con el orgasmo recién experimentado. Después del erótico instante, él no volvería a ser el mismo. La euforia sexual se volvería parte importante de su vida, y no se iba a quedar con absolutamente ninguna duda al respecto...

Sexología Irken.Where stories live. Discover now