C.4. La ejecución, 3ra parte. (Notas de la autora)

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Hola, amiguis. Han pasado casi dos años desde la última vez que actualicé, lo sé, y mil disculpas a todos mis lectores, la vida pasa, me ocupo y bueno, la idea es que pueda terminar este fic (porque sería el primero así bien cochinote en la historia de mi vida y bueno, les debo la terminación.)

Les agradezco infinitamente la paciencia. 

Procediendo con el capítulo...

[...]  Sin resistir más a los movimientos del extraterrestre, Dib lo tomó de la cintura y procedió a voltearlo, quedando por encima de él, teniendo ahora el poder de rozar sus genitales y tomar el control. Siendo en completo silencio, excepto los jadeos de ambos, que comenzaran a quitarse sus prendas...

-Dib, estúpido cabezón, q-quiero que sepas que te odio, muchísimo, si estoy haciendo esto es porque... sí. -Comentó Zim entre jadeos, ya que no podía contener su excitación al sentir el calor del cuerpo del humano en sus partes íntimas. 

-No me odias tanto, alienígena, tan solo mírate, te tengo debajo de mí, erecto y sonrojado ¿Y sabes una cosa? Creo que después de todo, voy a cobrarme todo eso que intentaste hacer para acabar conmigo. -Respondió el pelinegro mientras le besaba el cuello frenéticamente a Zim para encender más el momento. -¿Te parece si..? -Procedió a chupetear un poco, mientras de fondo se escuchaban suaves y agudos gemidos.

-Dib, ugh, sucio humano, mghh, ¿Qué tanto haces?

-Marco mi territorio... Digo, investigo un poco tu terreno. -Dijo el pelinegro un poco nervioso, no quería que Zim notara que estaba comenzando a sentir cosas más allá de la lujuria del momento, dudaba de expresarse, ¿Por qué estaría sintiendo algo más si estaba enfrente (y encima) de quien le había hecho la vida imposible desde la primaria?

-No digas tonterías, AAAGH, IDIOTA ¿QUÉ HACES?

-¿Te parece si..? -Preguntó el humano de forma muy seductora mientras bajaba por el torso de Zim a besos y pequeños lengüetazos hasta llegar a su miembro. 

-¿Parecerme, quÉÉÉ... -Gritó el oji magenta tras sentir caliente y húmedo en su "segunda lengua", era el apestoso e inútil humano, dándole sexo oral, por primera vez de ambos, uno recibiendo y el otro haciendo. El ambiente dentro de la casa estaba empezando a calentarse más y más...

-¿Te gusta, eh? 

-Mgh, s-sí. -Respondió Zim ahogado en su placer. 

Mientras Dib se enfocaba en darle un perfecto oral, pese a que él jamás en su vida se habría imaginado que lo daría, en vez de recibirlo en algún punto. No se sentía mal al respecto, al contrario, creía que, después de todo, ver a tu pareja sexual agonizando en placer es una de las cosas que más satisfacción da. Sin embargo, no se quedaría con las ganas de él sentirlo también...

Cuando el humano empezó a sentir que su -ahora- compañero, estaba por terminar, se detuvo, eso lo quería para después...

-EH, ¿Qué sucedió, por qué te detienes, cabezón idiota? -Cuestionó el alienígena con furia.

-Porque, ví que estabas a punto de eyacularme en la boca, y créeme, no quiero averiguar aún a qué es lo que sabe el semen de un irken. 

-Para tu información, no es como el de un humano, Dib... Nosotros los irkens nos reproducimos por cápsulas, por lo tanto, lo que nosotros "eyaa- ¿eyaculamos?" lubricación, no espermatozoides, los irkens nos reproducimos con muestras de saliva. 

-Wow... interesante, Zim. De verdad eso lo tendré que anotar para mi tesis, pero en este momento no, hemos estado sacándole mucha vuelta a esto, yo simplemente... Voltéate. 

Sexología Irken.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora