C.12. Cita con las estrellas.

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Capítulo MUY largo.

¿Cuántos días más habrían de pasar? 

Dib ya había avanzado bastante su trabajo para conseguir su título, la situación financiera entre el irken y el humano era muy estable, el sexo, ni se diga. Vivían muy tranquilos y satisfechos el uno con el otro. 

Dib planearía una dinámica para quitarle un poco la monotonía al día a día, cosa que le plantearía a Zim, obteniendo una respuesta positiva. La pregunta era... ¿Qué es lo que tienes en mente?

-Bueno, Dib, piensa ¿Qué es lo que quieres hacer con Zim? -Se preguntaba a sí mismo, mientras escribía en el avance de su tesis.- Parque de diversiones... ugh, no... Uhmm, cine, ya está muy trillado ¡Por júpiter Membrana, piensa mejor! 

GIR, como siempre, pasaría justo en el momento en el que Dib se encontraba hablando solo, por lo tanto escucharía. 

-¡HOLA MARY! ¿QUÉ HACES? ¿PLANEAS ALGO CON MI AMO? YO SÉ QUÉ LE GUSTA. -Interrumpió el robot mientras gritaba como de costumbre. 

-Oh vaya, sí GIR... Él ya lo sabe, solo que el día y la locación serían sorpresa, el detalle es que no sé a dónde llevarlo.  

-A mi amo le gusta mucho pasear de noche, cosas en el exterior, observar las estrellas y tirarse en el pasto hasta la madrugada. Cosas así, ¿Sí sabías que le gustan las golosinas, verdad, humanote? -Comentó el robot con calma mientras se preparaba un sándwich de atún. 

-¿En la noche, a recostarse en el pasto? Interesante... 

A Dib se le habría ocurrido la idea de preparar un picnic nocturno en una pequeña colina de la ciudad, que en realidad no se encontraba tan lejos de su casa. El detalle era organizar todo sin que el irken se diera cuenta, porque lo quería en esa misma noche, ya que el oji café ya no resistía las ganas de romper la rutinaria relación que tenían como "roomies". 

-¿Qué tanto hablan, par de pavos? -Preguntó el irken saliendo del laboratorio subterráneo mediante el inodoro que se encontraba en la cocina. 

-Oh, de nada, Zim, simplemente escuchaba a GIR. -Rió nervioso. 

-Nunca se calla, es todo un jardín de sucios niños hiperactivos en un cuerpo metálico. Pero, bueno, te lo dejaré, Dib. -Se acerca a darle un beso al humano- Saldré por un par de piezas para mi maquinaria irken, llevaré a Mini Alce conmigo. 

-Perfecto, Zim. Yo me quedo con él, descuida. -Respondió con sus mejillas rojas, ya que el beso del irken no lo esperaba del todo. 

Ese tiempo le caería perfecto al pelinegro, ya que iría a comprar lo necesario para armar el picnic, se llevaría a GIR con él para la selección de las golosinas y botanas que más le gustaban al irken. Pero antes, debía disfrazar al robot de niño, para ello, utilizaría la tecnología irken para diseñarle un disfraz creíble, utilizaría una pequeña botarga ajustada a su cuerpo metálico, con una pequeña gorrita y zapatitos. También le pondría un nombre temporal para no levantar sospechas. El pequeño se llamaría Ezel. 

En el supermercado...

-GIR, no te separes de mí en ningún momento, travieso, tu amo me encargó que te cuidara y eso haré, anda, sube al carrito, que nos llevará un largo rato comprar las cosas necesarias. 

Los dos tendrían un momento agradable tomando lo que necesitaban, GIR con su disfraz de niño, cautivaba a las mujeres que se encontraban haciendo sus compras.

Sexología Irken.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora